Jugar es una de las actividades características de la infancia, la cual ayuda al niño a crear y aprender de diversas maneras.
Durante siglos, los juegos han acompañado el aprendizaje de los más pequeños de la casa y algunos, a pesar de ser recordados por los adultos, ya no se implementan en el día a día de los niños de la actualidad, debido a que la pantalla reemplaza las salidas merecidas al aire libre.
¿Qué juegos antiguos están en el olvido? Ante esta pregunta, hoy viajaremos en el tiempo para remover recuerdos empolvados y traer al presente a algunos de los compañeros de infancia de nuestros abuelos, padres y tíos.
Viaje en el tiempo
Balita-balita ¡Este es un clásico! Según cuentan los abuelos, se podía jugar de muchas maneras con unas pelotitas que tenían el tamaño de una balita y tenía muchos colores llamativos. A pesar de que aún existen en la actualidad, no es tan frecuente ver a los niños jugar con ellas.
Tuka’e kañy o las escondidas es otro de los preferidos y nunca faltaba este divertido juego, lleno de adrenalina ¿Recuerdas cuando jugaban con los primos en la casa de la abuela? El escondite favorito de algunos era el ropero o un árbol ¡Qué tiempos!
El balero, pisa pisuela y saltar a la goma eran otros de los grandes juegos que nos acompañaban los sábados y domingos en el patio de la casa ¿A quién no se le aplastó un dedo con el balero o no se dio un golpe con la goma?
Correr detrás de las atrapadas o para huir de la pelota muerta eran parte de los recreos de muchos de nuestros abuelos y padres. Ahora, son solo juegos que se pierden con el tiempo para las generaciones futuras.
¡Mira el cielo, una pandorga! ¿Recuerdas esos gritos? Nunca faltaba un vecinito o amiguito que gritaba cuando tratábamos de hacer volar una pandorga por el barrio. En la actualidad, las pandorgas son más modernas o son reemplazadas por los drones.
Arroz con leche y la pulseada son otros dos juegos muy conocidos y empleados por los niños de antes para mover el cuerpo y demostrar quién tenía más fuerza.
El trompo y las tikichuelas también eran compañeros de los niños. Los recreos eran la hora del juego entre compañeros y estas dos distracciones eran las protagonistas. El trompo, con un poco más de complejidad, invitaba a los más pequeños a probar su equilibrio y hacer girar el juguete (muchas veces un tanto pesados) en la mano o en el piso.
Estos divertidos y memorables juegos ya no son tan empleados por los más pequeños de la casa en la actualidad, debido a que los adultos se están olvidando de ponerlos en práctica.
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Ojalá, en un momento no muy lejano, estos juegos vuelvan a la vida, para no perder la esencia de la niñez y los buenos recuerdos.
Y cómo lo dijo Irma Marín: “Jugar es la principal actividad de la infancia y responde a la necesidad de los niños de mirar, tocar, curiosear, experimentar, inventar, imaginar, aprender, expresar, comunicar, crear y soñar”.