El juez Alexandre de Moraes afirmó que la plataforma “dejó de atender órdenes judiciales” en varias ocasiones y determinó “la suspensión completa e integral del funcionamiento de Telegram en Brasil”, en la decisión que fue adoptada el jueves, pero publicada este viernes en el sitio del Supremo Tribunal Federal (STF).
El ministro de Justicia y Seguridad de Brasil, Anderson Torres, dijo en Twitter que millones de brasileños estaban “siendo perjudicados repentinamente por una decisión individual” y añadió que su cartera estaba estudiando “una solución para restablecer al pueblo el derecho de usar la red social que mejor les parezca”, sin precisar qué medidas adoptaría.
La popular plataforma, de origen ruso y con sede en Dubái, está instalada en el 53% de los celulares brasileños y es la que más crece en el país, según el Tribunal Superior Electoral.
Y es clave en la estrategia electoral del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, que defiende una libertad de expresión ilimitada, acorde con la plataforma.
En su decisión, que atiende un pedido de la Policía Federal, el juez le dio un plazo de 24 horas a la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) para que “adopte inmediatamente todas las providencias necesarias para hacer efectiva la medida”.
También pidió a las empresas Apple y Google y a los proveedores de internet en Brasil que, en un plazo de cinco días, adopten mecanismos para hacer inviable el uso de la aplicación en el país.
La suspensión de Telegram durará “hasta el efectivo cumplimiento de las decisiones judiciales” anteriores, señaló el juez, que impuso una multa diaria de 100.000 reales, unos 20.000 dólares, a las empresas que incumplan su orden.
La aplicación aún funciona este viernes
El viernes por la tarde, la aplicación todavía funcionaba.
En canales de apoyo al mandatario, como uno llamado “Bolsonaro 2022", seguían intercambiando mensajes con críticas a la medida judicial y consejos sobre cómo eludir la prohibición accediendo a otros links o migrando a otras plataformas.
Entre las órdenes incumplidas por Telegram que han llevado a su bloqueo, el juez Moraes cita el mantener abiertos perfiles relacionados al bloguero bolsonarista Allan dos Santos, investigado por difundir desinformación, y también la falta de colaboración en casos de abuso sexual de menores y pornografía infantil.
También recuerda que la justicia electoral de Brasil intentó reunirse, sin éxito, con representantes de Telegram para que la compañía colaborara en el combate a la desinformación de cara a las presidenciales de octubre, como se comprometieron Twitter, TikTok, Facebook, WhatsApp, Google, Instagram, YouTube y Kwai.
Una medida “no sorprendente”
La plataforma, que ha sido objeto de prohibición o restricciones en varios países, como India y Rusia, llevaba tiempo en la mira de las autoridades brasileñas, especialmente molestas con el hecho de que la compañía no tenga representación legal en Brasil y no responda a sus demandas para evitar una avalancha de desinformación en las próximas elecciones, como la que sacudió la campaña electoral de 2018, especialmente vía WhatsApp.
“La medida no es ni sorprendente ni inesperada y tendrá grandes repercusiones políticas y electorales”, opinó en Twitter Pablo Ortellado, coordinador del Monitor de Debate Político en el Medio Digital.
Para el profesor, el bloqueo deja a Telegram dos alternativas: “O responde a la justicia brasileña para evitar perder uno de sus mayores mercados o será definitivamente bloqueado, lo que movería una de las principales piezas de las campañas electorales”.
Desde hace meses, Bolsonaro está concentrando a su militancia en grupos y canales de Telegram, tras ver borradas algunas de sus publicaciones en YouTube, Twitter y Facebook por informaciones falsas.
“Nuestro Telegram trae todos los días muchas acciones de interés nacional, lamentablemente omitidas por muchos”, tuiteó el mandatario el viernes por la mañana, al divulgar la inauguración de una obra por el gobierno. “Sea bienvenido y comparta la verdad”, añadió.
Al revés de otras aplicaciones, Telegram permite grupos de hasta 200.000 personas, canales sin límite de usuarios y prácticamente no modera los contenidos, con lo que el potencial para que alguno se torne viral es infinito.
Además, tiene chats secretos y los mensajes se pueden autodestruir.