El pasado mayo, el Chapo solicitó a través de sus abogados dos horas de patio a la semana, acceso al resto de encarcelados, tener la posibilidad de comprar seis botella de agua a la semana y tapones para los oídos para “aliviar el dolor” de oído que sufre y para que le puedan ayudar a conciliar el sueño.
Según el magistrado Brian Cogan, su confinamiento tiene “el legítimo objetivo de evitar que escape de la prisión o que ordene cualquier ataque contra individuos que cooperaron con el Gobierno”.
Cogan rechazó todas las peticiones formuladas por el líder del cartel de Sinaloa, que lleva 27 meses en una celda de confinamiento en el Centro Penitenciario Metropolitano de Nueva York.
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La Fiscalía se había opuesto por considerar que el líder del cartel de Sinaloa busca una oportunidad para fugarse.
La defensa insistió en que la reclusión de su cliente en una celda sin ventanas de una dimensión de 3 x 2,5 metros y con la luz permanentemente encendida “viola la prohibición de la Octava Enmienda de castigos crueles e inusuales, así como las normas fundamentales sobre la decencia humana”.
En este sentido, el juez sostiene que estas condiciones responden al historial específico del Chapo “que incluye dos fugas de prisión” y a sus crímenes, entre los que citó haber dirigido el cartel de Sinaloa desde prisión y haber estado implicado en numerosas conspiraciones para asesinar a sus enemigos.
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Los abogados de Guzmán también habían hecho alusión a la buena conducta del preso para justificar la satisfacción de sus demandas. Sin embargo para el juez el “comportamiento ejemplar” del Chapo es una “directa consecuencia de sus estrictas condiciones de confinamiento”.
“Su continuo buen comportamiento no es una razón para modificar (su confinamiento), es una razón para mantenerlo”, aseguró Cogan, que insistió en que estas medidas no violan los derechos constitucionales del acusado.
En cuanto al agua, el magistrado asegura que ya la recibe desde el pasado abril y sobre los tapones de los oídos, dio la razón a la Fiscalía que aseguró que con ellos podría no escuchar a los guardias en caso de emergencia.
Los abogados habían argumentado que a Guzmán solo se le permite una hora de ejercicio en otra celda del interior de la prisión de lunes a viernes con una bicicleta estática, lo que limita su acceso al aire libre o a la luz natural.
El Gobierno señaló entonces que el único lugar exterior apto para presos de alto riesgo en el centro en el que se encuentra es un área en una azotea cubierta por una malla de alambre que ya fue escenario de un fallido intento de fuga en 1981 en el que dos reos armados se enfrentaron a unos 100 policías.
“Cualquier tiempo de ejercicio en el exterior sería particularmente problemático para este inculpado”, señaló la fiscalía en mayo, antes de apuntar que Guzmán “ha planeado y ejecutado con éxito elaboradas fugas de dos instituciones penales de alta seguridad”, las mexicanas Puente Grande y Altiplano, en 2001 y 2015, respectivamente.
Además, indicaron que una de las razones por las que Guzmán está bajo medidas especiales es para evitar que se comunique “con otros miembros del cártel de Sinaloa u otros socios criminales que puedan llevar a cabo órdenes en su nombre”.
Según el Gobierno, el Chapo ya dispone de acceso a una bicicleta, en una sala con una ventana que “le da acceso a aire y luz del sol frescos del exterior”.