Los fiscales que buscan la desestimación, Jorge Cabrera y Francisco Cabrera, alegan que no es posible probar que la operación que Tabesa realizó ese día esté ligada al terrorismo.
El caso se remonta a la noche del 13 de mayo de 2022, cuando ingresó al país la aeronave con una tripulación de 18 personas, de las cuales siete eran de nacionalidad iraní y once de nacionalidad venezolana, quienes supuestamente tenían vínculos con grupos terroristas de las fuerzas Quds iraníes, en el momento de las primeras versiones. Posteriormente, se verificó que ninguna persona tenía antecedentes.
El avión con matrícula venezolana YV3531, propiedad de la empresa Emtrasur, aterrizó por una carga de 7.086 cajas de cigarrillos que tenían como destino final Aruba. Ante la gravedad del caso, Gustavo Sandoval, subdirector de seguridad de la Aviación Civil, y el entonces ministro secretario de la Senac, René Fernández, radicaron las denuncias que dieron origen a la causa penal.
El transporte de cigarrillos, bajo categoría de operación de traslado de mercadería de exportación, contaba con una autorización no regular otorgada por la Dinac. Aunque ese no fue el único hecho que relacionaba a la aeronave con el crimen organizado y el terrorismo. En Paraguay, los tripulantes fueron trasladados por Mavani, empresa de Ezequiel Santoro, un uruguayo ligado a Sebastián Marset en el Operativo A Ultranza Py.
Además, Emtrasur, la dueña del avión, es una firma de división logística y de transporte de carga de la empresa venezolana Conviasa, sancionada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).
Tabesa le vendía los cigarrillos a Tabacal Free Zone Nv, empresa ubicada en la isla de Aruba.
Otro hecho llamativo fue que los testimonios de funcionarios de la Dinac como de la Dirección de Aduanas indicaban que el avión iraní llegó solo con la tripulación, no tenía carga alguna, salvo los pallets. Los cigarrillos iban a ser cargados en Paraguay para su traslado a Aruba.
El caso trascendió a nivel internacional. El avión pasó por Argentina y fue retenido en Ezeiza, y fue causa de la apertura de una investigación, tras un informe del FBI sobre el piloto, Gholamreza Ghasemi, CEO y miembro del directorio de la aerolínea Qeshm Fars Air, cuyas actividades vincula con Al Quds y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní y Hezbollah.
El avión había sido usado antes por Irán para apoyar operaciones terroristas de Hezbollah en Medio Oriente.