El autor habría utilizado un arma contundente y un cable para cometer el crimen, tras forcejear con la víctima, según los datos preliminares de los investigadores.
La sospecha se cierra sobre el funcionario de seguridad mencionado porque el crimen ocurrió en su turno de guardia y él no se encontraba en el local. Scappini cuenta con un caso abierto de investigación por hurto en grado de tentativa y tiene prohibición de salir del país.
El caso fue denunciado alrededor de las 18:00 ante la Comisaría 5ª de Hernandarias por Justo Rotela, otro funcionario de seguridad, quien encontró el cuerpo sin vida tendido en el piso del pasillo de la planta baja del edificio, ubicado en pleno centro de Hernandarias.
La víctima vestía un pantalón de color oscuro, campera roja y cayó boca arriba en el pasillo. La cabeza estaba en un charco de sangre y los intervinientes hallaron un cable de color blanco liado al cuello. “La golpearon con una piedra”, afirmó la defensora pública Paola Giménez.
La médica forense Ramona García diagnosticó como causa probable de muerte traumatismo de cráneo, producido por arma contundente (piedra). La fiscala Natalia Montanía, agentes de Criminalística y de Investigación de Homicidios y Hechos Punibles intervinieron en el local.
Desorden. Los agentes confirmaron que encontraron revueltas dos oficinas de la Defensoría Pública, cuyas puertas fueron violentadas. Por ello no se descarta que el autor de crimen haya llevado algo de las oficinas violentadas.
El asesino habría ingresado por la puerta principal que da hacia la calle para ingresar a los despachos de las defensoras Paola Pacheco y Sofía Borba.
El cuerpo sin vida estaba tirado en el piso al otro lado del local donde se encuentran las oficinas de las defensorías, en la planta baja.
Al lugar se accede a través de otra puerta, que estaba cerrada cuando llegó el guardia de seguridad, quien tuvo que saltar la muralla desde el patio de un vecino para verificar el local y encontrarse posteriormente con el cadáver, según la magistrada.
Mereles había sido nombrada hace menos de un año en el cargo en reemplazo del abogado Aníbal David Duarte y acostumbraba a quedarse a trabajar hasta tarde, de lunes a viernes, y excepcionalmente los sábados.
Los intervinientes presumen que ella pudo haber subido a su vehículo antes de ser atacada por el homicida, ya que el teléfono celular estaba en el automóvil. La jueza habría luchado contra el agresor, conforme al testimonio de los funcionarios que anoche estuvieron en el lugar para verificar todas las oficinas de los diferentes defensores y despachos de juzgados.