Por Kiara Coronel
Con pies descalzos deben caminar varios kilómetros todos los días para llegar a destino. El camino es angosto, en medio de la arena roja, plantaciones de maíz y pastizales. El sendero se muestra envuelto en el profundo silencio ante el poco tránsito de personas en la zona. Esta realidad genera temor en los padres por la alta inseguridad.
A veces van solos a la escuela y en cierta oportunidad algún familiar acompaña el peregrinar de cada niño. Las ganas de estudiar se reflejan en los ojos de miles de niños, sonrientes a pesar de todo.
El Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) desde el año pasado trata de implementar un proyecto al que llaman “676". Tiene como objetivo reparar más de 600 escuelas que se encuentran en el absoluto olvido en materia edilicia y sus estructuras se encuentran en peligro de derrumbe.
Hasta el momento, el plan no se aplicó. Aunque, según los técnicos del plan de infraestructura, esta semana se concretaron los pagos de anticipo a las empresas constructoras con el fin de que los obreros puedan comenzar a trabajar.
La idea es terminar las reparaciones en 270 días, en principio, aunque esto signifique otro año más de dar clases ante el miedo de que el techo caiga.
Faltan alrededor de tres meses para que el año lectivo llegue a su fin. Varios docentes siguen rogando por la atención del Gobierno para dejar de enseñar a niños en medio del miedo y el terrible abandono que los somete, entre tantas cosas, por la lejanía de sus establecimientos.
Los directivos se reconocen igualmente víctimas de tal realidad. Temen que la responsabilidad ante un posible derrumbe caiga sobre ellos, mientras supervisores zonales del MEC cuestionan a los docentes por, incluso, dar testimonios a la prensa.
Las gobernaciones y los municipios también deben intervenir ante esta crisis. El mismo Ejecutivo declaró en emergencia la educación paraguaya en mayo de 2016. Pasaron 15 meses y la realidad sigue siendo la misma, pese a la intervención del Poder administrado por el presidente de la República Horacio Cartes.
Un informe al cual accedió un equipo de Última Hora revela que son tres los departamentos más afectados por esta crisis edilicia: San Pedro, Caaguazú y Central. Solo en estos tres rincones del país, alrededor de 6.439 niños son afectados.
¿Hasta cuándo el Estado ubicará lejos de sus prioridades a la educación y regalará promesas a miles de niños que solo sueñan con un futuro mejor?