El mes pasado también estuvo marcado por olas de calor e incendios en todo el mundo, con temperaturas medias en la atmósfera un 0,72º C más altas que las medias recientes de julio entre 1991 y 2020.
El suspense entre los especialistas era escaso, ya que el 27 de julio, incluso antes de que terminara el mes, los científicos habían considerado “extremadamente probable” que julio de 2023 fuera el mes más cálido jamás registrado, todas las estaciones combinadas.
Los océanos también son víctimas de este preocupante fenómeno: las temperaturas registradas en la superficie marítima son anormalmente altas desde abril y los niveles registrados en julio no tienen precedentes.
El récord absoluto fue batido el 30 de julio, con 20,96° C. Durante todo el mes, la temperatura en la superficie marítima estuvo 0,51° C por encima de la media (1991-2020).
“Acabamos de ser testigos de nuevos récords tanto para la temperatura global del aire como de la superficie de los océanos en julio. Estos récords tienen consecuencias nefastas para las poblaciones y el planeta, que están expuestos a fenómenos más extremos, frecuentes e intensos”, dijo Samantha Burgess, subdirectora del servicio europeo Copernicus sobre Cambio Climático (C3S).
Los signos del calentamiento global provocado por las actividades humanas –empezando por el uso de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas)– han aparecido simultáneamente en todo el mundo. Grecia sufrió grandes incendios, como Canadá, que por otra parte fue víctima de terribles inundaciones.
Las olas de calor sucesivas en el sur de Europa, el norte de África, el sur de Estados Unidos y parte de China han sido aplastantes. Copernicus también indica que el hielo marino antártico ha alcanzado su nivel más bajo en un mes de julio desde el inicio de las observaciones satelitales, un 15% por debajo del promedio durante dicho mes. AFP