Catorce tripulantes fueron sobreseídos y se dictó “falta de mérito” sobre otros cinco.
Los 5 iraníes y 14 venezolanos –que el 6 de junio del año pasado ingresaron a Argentina en la aeronave Boeing 747-300 de matrícula YV3531– ya habían salido de la Argentina a finales del 2022, luego de permanecer varios meses bajo custodia.
La aeronave, propiedad de Emtrasur –filial del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa)– fue retenida en el aeropuerto de Ezeiza, el 6 de junio, para ser investigada. Antes había pertenecido a la iraní Mahan Air. EEUU solicitó su decomiso, trámite que se llevará a cabo en los próximos días una vez rechazado el planteo de abogados del régimen chavista para recuperarla.
El avión llegó al país procedente de México, haciendo escala en Venezuela, presuntamente para trasladar cargamento a una empresa automotriz, y dos días después despegó para ir a Uruguay a cargar combustible, pero aterrizó nuevamente en Ezeiza porque el país vecino no habilitó su aterrizaje. A mediados de junio, un juez argentino ordenó la retención de los pasaportes de los miembros iraníes de la tripulación, quienes tenían plena libertad de movimientos, mientras se investigaba si uno de ellos tenía relación con la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. La aeronave llegó a Paraguay el 13 de mayo y partió tres días después rumbo a Aruba con un cargamento de cigarrillos de Tabesa.