04 dic. 2024

Kamala Harris

El ciclo noticioso de Estados Unidos pertenece hoy a Kamala Harris, la vicepresidente y presunta nominada para candidata a la presidencia del Partido Demócrata. El retiro de la candidatura del presidente Joe Biden, tras su calamitoso desempeño en el primer debate presidencial, puso fin a una agónica campaña y en cuestión de horas el escenario político dio un giro de ciento ochenta grados.

La campaña del presidente Biden intentó subsanar su terrible actuación en el debate, haciendo apariciones en entrevistas y eventos, pero, si bien pudo demostrar el manejo de los temas de política pública, no pudo convencer al público que el presidente aún tenía el vigor y la lucidez necesaria para encarar otros cuatro años en la Casa Blanca. Su caminar lento, la voz apagada, las miradas perdidas se sumaron y daban razón a los repetitivos ataques de su contrincante, Donald Trump, que lo acusaba de tener “baja energía”.

Las encuestas que van apareciendo después del retiro del presidente Biden demuestran de manera abrumadora que el público demócrata e independiente, inclusive republicano, piensa que el presidente hizo lo correcto al retirarse de la campaña. Sin embargo, no solo se retiró, sino que declaró su apoyo a la vicepresidenta Harris. Algo que no estaba claro aún. A partir de ahí se vino una avalancha de aprobaciones de distintas personalidades del partido mismo, de grupos de donantes, de medios de prensa y celebridades de todo tipo, culminando el viernes con la llamada de Barack y Michelle Obama. El número de delegados necesarios para oficializar su candidatura en la convención del partido que tendrá lugar en Chicago a mediados de agosto parece estar asegurado, por lo que es probable que el partido salga de esa convención energizado y unido, como para ponerle un alto a la segunda presidencia de Trump.

Si bien nada está asegurado y las encuestas dan cuenta del liderazgo que aún mantiene Trump en ciertas instancias, las chances de que el proyecto trumpiano no llegue al resultado esperado se han magnificado con la emergencia de una candidata mucho más vigorosa en el campo demócrata.

Kamala Harris viene con un proyecto que se construirá sobre la base del legado de Biden, destacando sobre todo haber dinamizado la economía tras la crisis de la pandemia, controlado la inflación, generado puestos de trabajo, impulsado la transición a la economía verde y fomentado la desvinculación de la economía del país a las cadenas de suministros estratégicos dependientes de la producción china, entre otros. Kamala Harris, además, les pondrá más fuerza a los posicionamientos sobre los temas de salud y derechos sexuales y reproductivos, sobre todo la despenalización del aborto, igualdad de género y feminismo. Todo ello, en el marco de una defensa acérrima de la democracia liberal y los derechos.

La significancia política que tiene Kamala Harris ha puesto en entredicho las expectativas calladas de liderazgos y regímenes que esperan con ansia el retorno de Donald Trump. Benjamín Netanyahu, Víctor Orban, Javier Milei, Eduardo Bolsonaro, Vladimir Putin probablemente están volviendo a sus puestos de comando y haciendo un nuevo cálculo de cómo se deben replantear los escenarios futuros posibles. Lo mismo podríamos decir en el caso paraguayo. El lobby que han llevado los cartistas, acercándose a legisladores republicanos como Marco Rubio y María Salazar, y apostando a un cambio de perspectiva en las designaciones de significativamente corrupto al ex presidente Horacio Cartes, incluían el supuesto de un retorno de Trump a la presidencia. Eso, hoy por hoy, volvió a alejarse, aunque, sin duda sigue siendo una posibilidad.

Faltan 100 días de campaña y en ese tiempo pueden pasar muchas cosas. Es preciso observar la realización de la convención del partido demócrata, los resultados de las encuestas a medida que van saliendo, sobre todo aquellas que se enfocan en los llamados “Estados” pendulares, y con especial énfasis en los que eligen a un número grande de compromisarios que van al colegio electoral. El caso de Pennsylvania, por ejemplo. Serán probablemente los cien días más importantes para la política nacional e internacional de este año.

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