Alcides Manena
ALTO PARAGUAY
Aislados por la distancia y la falta de infraestructura, unas 40 familias de la comunidad de Karandayty, en el distrito de Fuerte Olimpo, siguen enfrentando una lucha interminable por servicios básicos. Sin caminos transitables ni una escuela adecuada, los pobladores sobreviven en condiciones precarias, mientras sus reclamos parecen caer en oídos sordos.
El clamor no es de ahora sino que ya viene desde hace buen tiempo y el paisaje sigue siempre siendo el mismo: Un camino que nunca llega.
“Solo pedimos 25 kilómetros de reparación, que se haga el entubamiento necesario antes de las lluvias grandes, porque si no, quedamos aislados”, expresó Ciriaca Cabañas, presidenta de la Comisión de Fomento de Karandayty.
La falta de caminos adecuados no solo complica el acceso a servicios esenciales como salud y abastecimiento, sino que también limita las oportunidades económicas de esta comunidad, donde la mayoría trabaja como peones de estancias o pequeños productores.
El derecho a la educación es otro desafío en Karandayty. Actualmente, los niños y niñas acuden a una escuela improvisada, bajo un techo prestado. Es que, estudian en la casa de una vecina, mientras los pobladores esperan la construcción de una escuela en un terreno que ellos mismos donaron. “Hemos enviado solicitudes al municipio, pero no obtenemos respuestas. Queremos que este año los niños tengan un lugar digno para aprender”, añadió Cabañas.
La comunidad está ubicada a 200 Km de Fuerte Olimpo y a 100 Km de Toro Pampa, la localidad más cercana. Rodeados de montes y estancias ganaderas privadas, los habitantes enfrentan dificultades incluso para comunicarse. Para usar un teléfono móvil, deben recorrer 5 km en busca de señal, un lujo que desaparece completamente durante las lluvias, cuando quedan totalmente incomunicados.
Pese a la falta de respuesta histórica por parte de las autoridades, los pobladores de Karandayty mantienen la esperanza. “Vemos en redes sociales cómo el Gobierno departamental publica la adquisición de nuevos equipos para trabajos viales. Esperamos que este año nos llegue la ayuda”, mencionó uno de los vecinos.
Mientras tanto, las familias continúan enfrentando la adversidad con resiliencia, soñando con un futuro en el que los niños puedan estudiar bajo un techo digno y que los caminos los conecten con el resto del mundo.