Kevin Spacey, ganador de dos Óscar, por Belleza americana (1999) y Sospechosos habituales (1995), llegó al Tribunal de la Corona de Southwark, en el sur de Londres, más de dos horas antes del inicio de la primera vista, que comenzó poco después de las 10:30 (09:30 GMT) con cuestiones de organización procesal.
Vestido con traje oscuro, camisa azul y corbata rosa, el actor de 63 años bajó de un taxi acompañado por dos personas de su equipo y saludó relajado a los numerosos periodistas que lo esperaban a las puertas del juzgado. En el interior del tribunal, tomó asiento en una urna de cristal situada al fondo de la sala.
El juicio debe durar cuatro semanas y esta primera sesión puede estar únicamente dedicada a la organización de las vistas sin entrar de momento en el fondo de la causa.
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La estrella de Hollywood fue acusada en noviembre por la Fiscalía británica de siete agresiones sexuales entre 2001 y 2004, a un hombre al que habría obligado, entre otras cosas, “a participar en una relación sexual no consentida”.
Estos cargos se sumaron a su ya pesado expediente ante la Justicia inglesa, que en mayo de 2022 le había imputado por cinco agresiones sexuales a tres hombres entre 2005 y 2013, cuando era director del prestigioso teatro Old Vic de Londres.
Ninguna de las presuntas víctimas puede ser identificada en virtud de la legislación inglesa.
“Defender su inocencia”
En una de las varias vistas preliminares celebradas antes de la apertura oficial del caso, su abogado Patrick Gibbs aseguró que “Spacey niega enérgicamente cualquier tipo de criminalidad en este caso” y espera poder “defender su inocencia”.
Dada su cooperación con las autoridades judiciales británicas, el actor ha estado en libertad sin medidas cautelares, lo que le ha permitido seguir trabajando, aunque su carrera se haya visto duramente resentida por estas acusaciones y otras lanzadas previamente en Estados Unidos de las que fue absuelto.
En enero recibió en la ciudad italiana de Turín el Premio La Estrella, de la Mole Antonelliana, institución pública que alberga el Museo Nacional del Cine, “en señal de reconocimiento” por su “contribución estética y de autor al desarrollo del arte dramático”.
“Mi vida va por delante. Nunca me he escondido, no he vivido en una cueva. He ido a restaurantes, he visto a mis amigos, me he reunido con personas que me han defendido y apoyado”, declaró entonces ante la prensa italiana.
Movimiento #MeToo
Spacey fue una de las grandes estrellas atrapadas por el movimiento global #MeToo, surgido en 2017 a partir del caso del todopoderoso productor de cine estadounidense Harvey Weinstein.
Fue acusado de agresión sexual por varios hombres jóvenes en Estados Unidos ese año y esta ola de acusaciones destrozó su exitosa carrera. Él siempre negó los cargos, pero esto lo llevó a revelar su homosexualidad.
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Como consecuencia de las acusaciones, fue despedido de la exitosa serie de Netflix House of Cards, donde interpretaba al personaje protagonista, el maquiavélico presidente estadounidense Frank Underwood.
También quedó fuera de una película de Ridley Scott, Todo el dinero del mundo, en la que fue reemplazado por el actor canadiense Christopher Plummer.
Spacey fue inicialmente acusado en el estado de Massachusetts de haber puesto las manos en el sexo de un muchacho de 18 años en un bar, en julio del 2016. Pero estos cargos fueron retirados en el 2019.
El pasado octubre, la Justicia neoyorquina lo absolvió en un proceso civil por tocamientos sexuales al actor Anthony Rapp, hace 36 años, durante una velada en Manhattan.
En octubre del 2020, fue condenado a pagar casi USD 31 millones a MRC, la empresa productora de House of Cards, como indemnización por la pérdida de ingresos atribuida a su salida de la serie. Un juez de Los Ángeles confirmó esta indemnización el pasado agosto.
Fuente: AFP.