Kim Jong-un, que se cree tiene 36 años, obeso, gran fumador y con viejos problemas de salud, según distintas fuentes, está siendo objeto de numerosas noticias y múltiples rumores que incluso lo llegaron a dar por muerto, con poca certeza sobre su verdadero estado de salud.
La última aparición pública del dictador norcoreano fue el 11 de abril, cuando presidió una reunión del buró político del Partido de los Trabajadores, de la que dio cuenta la propaganda norcoreana al día siguiente.
La incógnita sobre su estado de salud está alimentada por las sospechas de que pudo haber sido operado quirúrgicamente recientemente, con complicaciones posteriores de salud, en medio de la oscuridad informativa que rige en el país del Norte.
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La agencia oficial norcoreana KCNA, que acostumbra a cubrir con mucho esmero las actividades del líder de ese país, está reproduciendo estos días mensajes que supuestamente envió o recibió de políticos de otros países.
La radio estatal también señaló que este domingo Kim había enviado sus felicitaciones a unos trabajadores de la ciudad de Samijiyon, sin mayores detalles y sin que se oyera su voz.
De Kim no se publicó ninguna foto desde hace medio mes, ya sea visitando instalaciones civiles o militares, o supervisando ensayos balísticos o artilleros, a los que suele asistir para dirigir las operaciones, según la propaganda oficial.
De hecho, estuvo ausente en la prueba más reciente, el 14 de abril pasado, cuando Corea del Norte lanzó varios misiles de crucero antibuque a aguas del Mar de Japón (Mar del Este para las dos Coreas).
También se ausentó el 15 de abril en una fiesta norcoreana, el Día del Sol, cuando se celebra el nacimiento del fundador del país y abuelo del actual dictador, Kim Il-sung (1912-1994), lo que siguió alimentando las sospechas.
No es la primera vez que desaparece de la vista pública Kim. En 2014 estuvo ausente de los focos durante 40 días y reapareció cojeando a raíz de lo que los servicios de inteligencia surcoreanos creen que derivó de una operación en un tobillo.
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El portal informativo especializado en Corea del Norte 38 North difundió en las últimas horas unas fotografías de satélite tomadas entre el 21 y 23 de abril que muestran el tren que suele usar Kim estacionado en un campamento de la localidad de Wonsan.
La estación en la que está el tren, según 38 North, no es de uso público, sino que está reservada solo para el dictador norcoreano.
Las dudas sobre el estado de salud de Kim se agudizaron cuando la cadena estadounidense CNN informó el 21 de abril de que, según fuentes no identificadas, Kim estaba en “grave peligro” después de una operación quirúrgica.
Pero dos días después, los servicios de inteligencia de Corea del Sur señalaron que no se observaba “ninguna situación inusual” en el Norte, en medio de las conjeturas surgidas sobre el estado de salud del dictador norcoreano.
Ese mismo día, el presidente estadounidense, Donald Trump, calificó estas noticias de la CNN como “falsas”.
“Creo que esa noticia es incorrecta (...). El artículo que fue hecho por una cadena –dijo Trump sin citar a la CNN– fue incorrecto. Me han dicho que usaron documentos falsos”.
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Pero las conjeturas siguieron desde entonces, inclusive con medios poco fiables y fuentes oscuras que lo dan ya por muerto, como un portal de Hong Kong, o que está en “estado vegetativo”, como asegura un semanario amarillista japonés.
Las conjeturas no solo mencionan el estado de salud del dictador norcoreano, sino que se extienden a la posibilidad de que en las próximas horas Corea del Norte realice una nueva prueba balística, según asegura el periódico surcoreano Dong-A Ilbo.
De realizarse, puede ser la ocasión en la que posiblemente aparezca Kim para demostrar que está vivo y cerrar así la nueva ronda de versiones contradictorias acerca de su estado de salud.