Para respaldar sus afirmaciones, Scott Fortner, un coleccionista que dirige un sitio web dedicado exclusivamente a Marilyn Monroe, publicó esta semana fotos del vestido beige adornado con cristales que Monroe usó cuando le cantó Happy Birthday, Mr. President a John F. Kennedy en 1962.
En la primera serie de imágenes aparece —según él— el famoso vestido de Marilyn tal y como era antes de la gala del Met. El segundo conjunto de fotos fue tomado por un amigo de Fortner en el museo Ripley’s Believe It or Not! y muestra el vestido después de que Kim Kardashian se lo pusiera.
La comparación de las tomas parece mostrar pequeños desgarros en la tela en el cierre de la espalda y varios cristales que faltan o cuelgan de un hilo en la parte posterior del vestido.
El presunto daño causado a la pieza, que Ripley’s compró en subasta por un récord de 4,8 millones de dólares, generaron críticas generalizadas en las redes sociales en los últimos días.
En una actualización publicada en su cuenta en Instagram el miércoles, Scott Fortner dijo que sus “reproches están dirigidos a Ripley’s, que permitió que se usara el vestido”.
“Creo que cualquiera de las celebridades a las que se les hubiera ofrecido la posibilidad de usar esta prenda muy probablemente la hubiera aprovechado”, dijo. “Hay una razón por la que alguien querría usarlo. Kim Kardashian resultó ser quien lo hizo”.
“Ripley tenía la obligación de proteger y preservar esta pieza histórica y no lo hizo. Ahora está dañada sin posibilidad de reparación; probablemente la habría dañado cualquiera que la usara”, señaló el coleccionista.
La AFP consultó a Ripley’s sobre el episodio, pero no obtuvo respuesta la tarde del miércoles.
A principios de mayo, autoridades del museo estaban ilusionadas con que el vestido, nunca usado después de que Marilyn Monroe lo vistió, fuera usado por Kim Kardashian en la Met Gala, fiesta anual a beneficio del prestigioso Museo Metropolitano de Nueva York.
“Se ha tenido mucho cuidado para preservar esta histórica pieza. Con la ayuda de curadores de moda, expertos, archivistas y aseguradoras, la condición de la prenda se transformó en nuestra primera prioridad”, escribió la compañía en un comunicado.
Kim Kardashian, que había realizado una estricta dieta para poder usar el mítico vestido, no reaccionó a esta polémica en sus redes sociales.