04 may. 2025

Kim y Moon exhiben buena sintonía para hablar sobre desnuclearización

Los líderes de las dos Coreas exhibieron este martes nuevamente su buena sintonía antes de celebrar la primera reunión de su cumbre en Pionyang, en la que abordaron la necesidad de que Washington y el régimen norcoreano retomen el diálogo sobre desnuclearización.

efe.jpg

El presidente surcoreano, Moon Jae-in (d), conversa con el líder del Norte, Kim Jong-un (i). Foto: EFE

Aunque el contenido de este encuentro no ha sido revelado, la composición de esta primera ronda de diálogo dio a entender que el desarme norcoreano copó el foco de las conversaciones.

Junto al líder norcoreano, Kim Jong-un, se sentaron Kim Yong-chol, jefe de inteligencia que en mayo se reunió en Washington con el presidente de EEUU, Donald Trump, y la vicedirectora de Propaganda y Agitación del Partido de los Trabajadores, Kim Yo-jong, hermana y fiel consejera del mariscal.

Al presidente surcoreano, Moon Jae-in, le acompañó también su jefe de inteligencia, Suh Hoon, y el director de la Oficina de Seguridad Nacional, Chung Eui-yong.

Los dos han sido figuras clave a la hora de mediar entre la Casa Blanca y la cúpula del régimen y prueba de ello es que la de este martes ha sido para ambos su tercera reunión en Pionyang con Kim Jong-un este año.

Lea más: La reunión Trump-Kim alumbra un acuerdo con muchos interrogantes

El encuentro, que duró unas dos horas, se celebró en la sede del Comité Central del Partido de los Trabajadores, tal y como mostraron imágenes enviadas por los periodistas surcoreanos presentes, un grupo tremendamente reducido dada la negativa de Corea del Norte a expedir visados a medios extranjeros para cubrir la cumbre.

Nada más ha transpirado sobre la reunión, episodio de mayor calibre hasta el momento en esta cumbre de tres días que tiene como objetivo seguir mejorando la relación entre ambos países y desbloquear las conversaciones sobre desnuclearización entre Pionyang y Washington.

Tal y como ha dicho Seúl, se espera que tras una segunda reunión que se va a celebrar mañana -y siempre que ambas partes logran finalmente coordinar posturas- se pueda anunciar una declaración conjunta e incluso celebrar una rueda de prensa con ambos líderes.

Nota relacionada: Corea del Norte se compromete a desnuclearizarse y EEUU le ofrece garantías de seguridad

En el marco bilateral, Norte y Sur, técnicamente aún en guerra, han hablado de rubricar un acuerdo para impedir choques militares en zonas fronterizas, algo que Seúl considera un avance sustancial en el acercamiento y que puede contribuir a seguir cimentando la confianza mutua y su mediación entre Washington y Pionyang.

Antes de la reunión todo fue afabilidad, tal vez un anticipo de lo que puede acabar arrojando esta cumbre ante la total falta de información sobre el contenido de lo discutido.

Kim recibió a su llegada al aeropuerto de Pionyang a Moon con un abrazo, un emotivo gesto que ya escenificaron en sus primeras dos citas de abril y mayo este año.

Esas dos cumbres acabaron resultando fundamentales para que Kim y Trump se reunieran en Singapur en junio, un encuentro que se saldó con una declaración en la que ambas partes se comprometieron a trabajar para desnuclearizar la península siempre que Washington garantice la supervivencia del régimen norcoreano.

Tras una serie de gestos simbólicos por ambas partes, y ante la total falta de concreción de esa primera declaración, las últimas semanas han mostrado un enroque en las conversaciones.

Pionyang ha venido demandado avances en la firma de un tratado de paz que ponga fin al estado de guerra que se mantiene en la península a cambio de ejecutar pasos más concretos para desmantelar su arsenal.

Washington, por su parte, ha dado a entender que necesita más garantías (entrada de inspectores o revelación de inventarios armamentísticos, por ejemplo) antes de comenzar a trazar un acuerdo de paz y de levantar sanciones sobre el régimen.

Seúl habla de “percepciones diferentes” y de la necesidad de reducir esa distancia entre las partes.

La cordialidad vista hace pensar que efectivamente el presidente surcoreano puede ser de nuevo un engranaje clave para lograr que EEUU y Corea del Norte celebren pronto una segunda cumbre.

Moon se mostró durante toda la jornada sonriente y cómodo, también cuando Kim lo paseó por varios de los puntos emblemáticos de Pionyang, como la avenida Ryomyong o el Palacio del Sol de Kumsusan, mientras una ordenada multitud de ciudadanos los vitoreaba al paso.

Pionyang desplegó a esta comitiva a lo largo de los 20 kilómetros que separan el aeropuerto de Sunan y la residencia de Paekhwawon, donde se hospeda la delegación surcoreana.

Este ejercicio coreografiado y excesivo al más puro estilo del régimen viene a señalar al menos que las relaciones entre Seúl y Pionyang están en su mejor momento desde hace casi dos décadas, algo fundamental para que Kim y Trump puedan volver a verse pronto cara a cara.

Más contenido de esta sección
El Gobierno taiwanés afirmó este sábado que había concluido la primera ronda de negociaciones con Estados Unidos sobre “aranceles recíprocos y otros temas económicos y comerciales”, describiendo el ambiente de dichas reuniones como “franco y cordial”, informaron fuentes oficiales.
El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro podría salir en los “próximos días” del hospital de Brasilia, donde se recupera desde el 13 de abril de una compleja cirugía abdominal, informaron sus médicos este sábado.
El Banco Mundial (BM) aprobó un financiamiento adicional de USD 230 millones para Argentina, con el objetivo de “mejorar el acceso al empleo formal y a oportunidades laborales de calidad” para personas que se encuentran fuera del mercado laboral.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, publicó este viernes en su cuenta de la red Truth Social una imagen suya vestido como papa.
Los cardenales que participan en las congregaciones previas al cónclave que elegirá un sucesor del papa Francisco volvieron a verse esta mañana de sábado para exponer sus puntos de vista y con el debate todavía “abierto”.
Más allá de la apariencia de ser puro entretenimiento y diversión, los videojuegos han sido testigo directo durante décadas de una guerra descarnada entre tres gigantes de la tecnología: Nintendo, Sony y Microsoft. Una batalla por entretener a millones de seguidores y controlar un suculento mercado de cerca de 250.000 millones de dólares.