Un equipo de la Universidad Estatal de Pensilvania determinó que la actividad neuronal durante las horas de sueño juega un “papel importante” en la eliminación de los desechos tóxicos cerebrales, tarea de la que se encarga el líquido cefalorraquídeo.
Esta sustancia, presente en el cerebro y en la médula espinal, ayuda también a proteger el sistema nervioso actuando como amortiguador de los impactos repentinos y evitando lesiones.
De acuerdo con los hallazgos de los investigadores, los pacientes de Alzheimer tienen una segregación “más débil” del líquido cefalorraquídeo que las personas sanas.
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Este descubrimiento, en palabras del autor principal del análisis, Xiao Liu, “podría ser útil como un marcador futuro para una evaluación clínica” más temprana.
El equipo de Liu llegó a esta conclusión después de estudiar la actividad cerebral, el flujo de líquido cefalorraquídeo y datos de comportamiento de 118 sujetos del proyecto Iniciativa de Neuroimagen de la Enfermedad del Alzheimer (ADNI, en sus siglas en inglés).
Los individuos se sometieron a sesiones de resonancia magnética funcional en estado de reposo con dos años de diferencia y el equipo comparó sus hallazgos con marcadores neurobiológicos y neuropsicológicos relacionados con la enfermedad de Alzheimer, como los niveles de la proteína tóxica amiloide-β.
“El estudio vinculó el acoplamiento entre la actividad cerebral global en estado de reposo y el flujo de líquido cefalorraquídeo con la patología de la enfermedad de Alzheimer y esto sugiere el papel potencial de la dinámica neuronal durante el sueño en las enfermedades neurodegenerativas”, sintetizó Liu.