17 nov. 2024

La administración Trump y las relaciones exteriores de Paraguay

El cambio de Gobierno en los Estados Unidos requiere, sin duda, una reflexión sobre sus impactos, y las respuestas más adecuadas. Ello ha venido sucediendo en múltiples ámbitos, a través del globo. En la prensa internacional se observa una emergencia de miradas muy diversas, abarcando lo político, lo militar y lo económico, pero también lo cultural y lo social. En el caso de Paraguay, dicho análisis se presenta como igualmente necesario y oportuno, por lo que consideramos importante ofrecer una opinión al respecto.

Desde la perspectiva del análisis de riesgos, probablemente llegaremos a la conclusión que, en comparación a otros países de América Latina, véase, por ejemplo, México, el Paraguay no enfrenta desafíos mayores. No hay desavenencias político-ideológicas serias con el trumpismo. Al contrario, los gobiernos colorados han construido relaciones estrechas con figuras importantes del Partido Republicano, y se tiene acceso a personas claves de la administración actualmente en formación, como es el caso de Marco Rubio. El ex presidente Mario Abdo Benítez también cultivó esas relaciones y logró la visita de Ivanka Trump, en su momento.

Desde el punto de vista de las alianzas y alineamientos en política exterior el Paraguay también se encuentra en el campo de los alineados con USA, por su defensa de Israel y Taiwán y sus posicionamientos en términos de economía política. Tampoco hay una relación comercial de gran escala y los ´términos de intercambio entre un país y otro no van a generar disputas muy graves. El caso de la exportación de carne queda como un pendiente a ver, pero no hay mucho más en el horizonte. Siempre existe la posibilidad de que ciudadanos paraguayos que se encuentran en un estatus irregular, trabajando en Estados Unidos, sean afectados por las deportaciones masivas que se propone la nueva administración. Ello puede llevar a vejaciones y malos tratos de familias paraguayas, creando disgustos, pero nunca en la proporción en que afectaría a otras nacionalidades latinoamericanas, como el caso de los ciudadanos centroamericanos y mexicanos.

Muchas veces, la mejor manera de pensar los nuevos escenarios internacionales es considerando los intereses nacionales más básicos. En ese sentido, pensamos que una reflexión sobre los fundamentos es importante. Paraguay debe pensar en mantener el ecosistema de los ríos que sirven para habilitar el funcionamiento de la hidrovía, y no solamente en la infraestructura de la hidrovía. Se debe cuidar celosamente el buen funcionamiento de las hidroeléctricas, avanzando en lo que se ha propuesto en los acuerdos con Brasil y seguir esmerándose en destrabar los desacuerdos con Argentina. Se debe cuidar el flujo en los pasos de frontera. Por otro lado, el Paraguay tiene interés en mantener el Mercosur. Es probablemente el que mayor necesidad tiene en ese terreno.

Este último punto es probablemente el más importante, dentro de la temática que estamos discutiendo. Ello porque involucra a nuestros grandes vecinos y como estos dos están reaccionando a los cambios políticos en EEUU. Entre los exabruptos de una diplomacia presidencial argentina, que, a todas luces, no pasa por su mejor momento, y el peso institucional del mayor poder regional, Brasil, el Paraguay debe seguir con su filosofía pendular, preferiblemente en un marco institucional, utilizando los mejores cuadros disponibles para una política exterior profesional. Hay que ser muy precavidos en ese sentido.

De hecho, este probablemente no es el momento de hablar de “gigantes dormidos” y retornos ciclópeos, sino, al contrario, mantener el Paraguay callado, discreto, consciente de tener una carta de presentación relativamente buena (por su estabilidad macroeconómica y responsabilidad fiscal, sobre todo), pero mirar al mundo desde una posición inteligente. Tomar como referentes más a Singapur , Suiza o Uruguay y no querer comprometerse mucho con posicionamientos ideologizados que abonen la turbulencia geopolítica.

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