Rodríguez-Carmona publicó “El blus del minibús”, un conjunto de relatos que empezaron como crónicas de la realidad paceña y acabaron impregnándose de “esa dimensión mágica de La Paz”, explicó a Efe.
El escritor, que presentó el libro esta semana en el Centro Cultural de España en La Paz, redactó los trece relatos que lo componen a lo largo de cuatro años, los mismos que tiene su hija nacida en Bolivia.
De acuerdo con Rodríguez-Carmona, los minibuses -furgonetas con capacidad para una docena de pasajeros que recorren La Paz y el Alto por centenares- se han convertido en “un símbolo de autonomía, de emprender un negocio, de progreso” para sus conductores y propietarios.
“Es un medio de transporte que tiene mucho flujo, hay paradas cada rato, en todas las esquinas, cada dos minutos...”, explica. “A mí lo que me interesa es lo que pasa en los minibuses, las historias que fluyen”.
Son los relatos que ha recogido en su libro. En “El blus del minibús” puede leerse la historia de un exdirigente del MNR -uno de los partidos dominantes de la política boliviana antes de la llegada al poder de Evo Morales- que ha caído en la pobreza pero se niega a tomar el transporte público “porque siempre viaja en radiotaxi”.
Hay otras, desde los muertos del cementerio alemán, “que ya no saben si son alemanes o bolivianos”, hasta la de un peluquero anciano del barrio popular de San Pedro que lo va a vender todo para regalarle un minibús a su nieto.
Dentro de esos medios de transporte colectivo “ocurren discusiones e historias que retratan muy bien estos actores emergentes, que pasan a estar incluidos en el sistema, y aquellos que están emputados con los cambios, los desplazados del proceso de cambio”, dice el autor.
“Proceso de cambio” es la expresión que usan el presidente Evo Morales y sus seguidores, entre los que se cuenta Rodríguez-Carmona, para definir la etapa de “renovación política” iniciada en 2005 con la llegada al poder del mandatario indígena.
Él relata que llegó al país por primera vez en 1998 como parte de su tesis doctoral en economía internacional.
Eran los años del gobierno constitucional de Hugo Banzer -que también estuvo al frente del país tras un golpe de estado entre 1971 y 1978-, y luego vivió la guerra del gas en 2003 y la ola de movilizaciones sociales que terminó con el acceso de Morales al Gobierno en 2006.
“Me fascinó cómo un país puede cambiar tanto en tan poco tiempo”, explicó el autor, que declara que “quería recoger historias que reflejaran ese proceso de cambio”.
Rodríguez-Carmona vive en la Paz desde 2002, una ciudad que considera “más cosmopolita” y que busca “una identidad propia” sin imitar los estereotipos de las metrópolis estadounidenses, como ocurre en otras urbes bolivianas.
Desde este esfuerzo literario, el escritor pretende “poner las luces largas” y transmitir el legado de Morales, ahora que el MAS pasa por un momento de inflexión tras haber sido rechazada en referéndum su propuesta de modificar la Constitución para que el mandatario pudiera volver a presentarse a las elecciones.
Lo hace desde el minibús, el transporte que mejor refleja la ciudad abigarrada que es La Paz, donde viajan las clases populares.
Este medio de transporte levanta pasiones y odios por igual entre los paceños debido a su caótica idiosincrasia y a la de sus conductores, e incluso existe un concurrido grupo en la red social Facebook llamado “Fuera todos los minibuseros de La Paz”.
“Yo siempre me he curtido en una cultura de transporte público”, dice el autor rememorando su adolescencia y primera juventud madrileña. “Y eso que en los minibuses no entro bien”, sonríe, indicando que su altura le dificulta viajar con comodidad.
Carlos Heras