Vestida con un mono ajustado de flores y estampado de cebra y una diadema sobre su famosa cabellera rubia, la estadounidense Katy Perry aparece subida en una de esas típicas motocicletas.
“10.16.19" es el único mensaje que acompaña la imagen, con fondo rosa y palmeras verdes que completan los guiños a los años setenta.
La cantante mantiene la misma estética que presentó en mayo pasado con Never Really Over, el primer sencillo de su nuevo trabajo discográfico, y luego en agosto con Small Talk, temas en los que retoma ese sonido pop que la llevó al estrellato.
En los videos de ambas canciones, la estrella recurre a un estilo pin-up y colores pasteles como el naranja, el amarillo y el celeste para homenajear a la música estadounidense de esa época.
Hasta ahora, Never Really Over cuenta con más de 102 millones de visualizaciones en YouTube, mientras que Small Talk, protagonizada por su pequeño perro, logra los 20 millones de visitas.
Los fanáticos de Perry ya han convertido en tendencia en las redes sociales a Harleys in Hawaii, con al menos 29.000 me gusta en Twitter pocas horas después de su publicación.
Este nuevo tema aparece luego de la polémica en agosto pasado que desató el fallo de un jurado de Los Ángeles, en EEUU, que ordenó a la cantante y a su equipo pagar USD 2,78 millones por plagiar una canción de rap cristiano para su exitoso tema Dark Horse.
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La artista abonará USD 550.000 de su bolsillo y el resto será pagado por su sello discográfico, Capitol Records, y otros colaboradores.
La suma de dinero se destinará a compensar al cantante Marcus Gray, quien bajo el alias de Flame, se especializó en el rap de temática cristiana y denunció en 2014 tanto a Perry como a su equipo por haber usado la melodía y fragmentos de su canción Joyful Noise.