21 ago. 2024

“La capacitación es el camino al éxito, no hay éxito si no hubo primero fracasos”

Abogada, contadora, amante de la revolución tecnológica, educadora empresarial, directora de la Facultad Fotriem y del Grupo Nora Ruoti. Empezó a construir su mundo empresarial a los 40 años. Hoy es una referente del sector.

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renato delgado


Soy Nora Lucía Ruoti Cosp, tengo 60 años. Nací el 10 de agosto de 1964 en Asunción. Soy abogada, contadora y amante de la revolución tecnológica. Además, me gusta la música, el arte, viajar. Tengo tres hijos (Hugo Manuel, Luca y Gianni) y una nieta (Lucía). Tengo doble nacionalidad. Mi abuelo es italiano y mi otro abuelo es catalán.

Yo era la hija sándwich, la del medio. Las hijas sándwiches somos especiales. De chiquitita siempre tenía en claro que no quería depender de nada y que yo quería disfrutar la vida y no pedirle plata ni a mi papá ni a nadie.

Me formé en el Colegio María Auxiliadora. Allí estudié corte y confección y declamación. También, ejecuto guitarra y componía música. También soy profesora de teatro. Casi fui monja. Me gustaba mucho lo que es la doctrina de María Auxiliadora, me gustaba la caridad.

Soy la escritora que más libros escribió en toda la República del Paraguay. Ahora estoy con mi nueva serie que es sobre inteligencia artificial. Tengo 120 libros. Estoy a punto de lanzar la cuarta edición de mi tienda online.

Yo quería leer el noticiero (ser periodista), pero pasa que yo no quería ser pobre, entonces yo sí tuve que elegir mi carrera, por la practicidad y por lo que yo sabía hacer. Yo tengo una memoria extraordinaria, pero no soy inteligente, yo desarrollé mi inteligencia. Al terminar el colegio, decidí seguir la carrera de Derecho porque en mi familia la mayoría son médicos. Siempre dije que no iba a ser abogada de litigantes, sino que iba a ser abogada de asesoramiento.

Entonces, me recibí de abogada. Trabajé dos años gratis en la Dirección de Registros Públicos, que nadie hace eso ahora. Después me nombraron allí y empecé a ganar muy bien, pero yo no quería ser funcionaria pública. Algo que tenía claro era que yo no voy en el sistema. Por eso, nunca acepté ni un cargo, pese a que me invitaron para candidatarme como senadora

UN ESTUDIO JURÍDICO

Al terminar la facultad, me casé en 1988 y salí de la Dirección de Registros Públicos y abrí mi estudio jurídico con un compañero. El estudio jurídico se llamaba Rojas Ruoti. Después me llamaron del estudio Peroni, Sosa y Altamirano. Les dije: yo voy a continuar con mi estudio un año y después voy a decidir qué hacer. Empecé ahí como abogada, con la parte de contratos y alquileres. Y, finalmente, ahí me quedé como socia del estudio jurídico casi 15 años.

Y a los 40 años empecé de nuevo y abrí mi estudio con mi nombre: Nora Ruoti. Y como siempre hubo conflictos porque una de las cosas que siempre sucede es que vos nunca estás en la edad ideal.

Nunca pude despegar antes porque yo era madre y padre al mismo tiempo porque me separé muy joven. Y yo creo que cada uno se va preparando para el momento. Yo, por ejemplo, comencé con la tributación, con un elemento estratégico de cuáles podían ser las ramas del futuro

Entonces yo primero me preparé. Yo hice maestría en España, maestría en Argentina. Y después, entonces, cuando llegó la reforma tributaria, era la única que tenía el conocimiento. Siempre me dediqué a estudiar porque estoy segura de que la capacitación es la clave, no hay éxito si no hubo primero fracaso. Eso es categórico.

Me gusta lo difícil, no me doy por vencida. Y nunca sentí que no voy a poder porque yo me prohíbo a mí misma limitarme. Y siempre fui muy humilde, en el sentido de que nunca hago diferencia de clase. Y por supuesto, siempre me gustó la educación. Y me invitaban a enseñar, pero como asistente de cátedra, y yo no quería ser asistente de cátedra. Y aparte la educación no es un comercio, es una gran responsabilidad. Y así empecé a enseñar en los años 2004, 2005, 2006, 2007.

PUNTO DE INFLEXIÓN

En el 2007 tuve un accidente. Me caí de una escalera de pintor, controlando mi construcción. Me rompí los cinco huesos metatarsianos. Y de ahí, cambió mi personalidad.

El doctor me dijo: Vos te tenés que quedar dos meses con el pie acá arriba. Si vos bajás tu pie, se te va a grangenar y te cortamos el pie.

¿Qué hice? Lloré, lloré, lloré. Después dije, bueno, Dios me quiso decir algo. Pues yo soy muy católica. ¿Qué es lo que yo nunca hice porque no tuve tiempo porque no me quedé quieta? Ah, voy a hacer el proyecto de ley

Después nació la institución educativa Fotriem (Instituto Superior de Formación Tributaria, Comercial y Administrativa). Después de ese accidente grande, Dios me libró de otra cosa y me trajo algo que me permitió mi independencia económica.

Y después vino la reforma educativa y te exigía mucho porque lo que quería la reforma educativa era eliminar las entidades de garajes, que yo estoy de acuerdo. Entonces llegué a un momento en que me dije, ¿qué hago? Sigo con mi instinto o alquilo todo.

Entonces o trabajás y cumplís tus sueños o hacés que el dinero trabaje por vos. Yo no soy de los que buscan que el dinero trabaje por mí. Y aparte me parece demasiado egoísta. Entonces, decidí seguir invirtiendo, seguir con préstamos

Yo dije que hasta los 55 nomás iba a trabajar. Yo creo que siempre voy a trabajar. Pero voy a ir trabajando cada vez más en lo que me apasiona en ese momento. Ahora, por ejemplo, me apasiona la inteligencia artificial

Después, con mi pasión del carnaval encontré mi lugar en el mundo en Río de Janeiro. Amo Paraguay, pero el problema es que no tiene mar. Y mi segundo lugar en el mundo es San Bernardino.

En Río de Janeiro tengo eventos culturales. Y acá no tengo. Me compré un departamento porque bajaron los precios después de la pandemia y tomé un crédito. Ahora estoy soltera, buscando pareja. La condición es que baile o deje bailar. No hace falta que me mantenga, pero tampoco que sea un matrimonio

Y me pensaba jubilada a los 60 años porque quiero hacer otras cosas. No me considero una persona altamente bendecida. No existe la suerte. Uno es forjador de su propio destino.

A los 60 años te puedo decir que logré mucho más que en la vida me hubiera esperado lo que logré. Y yo no me considero exitosa. O sea, no te voy a decir que yo no soy humilde porque nadie me regaló nada. Pero yo no me considero exitosa por el éxito mismo. Yo me considero una persona amable, una persona abierta.

En la vida me hubiera esperado lo que logré. Nadie me regaló nada. Pero yo no me considero exitosa por el éxito mismo. Yo me considero una persona amable, abierta.

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