Por Rodrigo Houdín | rohoudin@uhora.com.py | @rodrigohoudin
El Chevrolet Custom 10, donado al Paraguay por el Gobierno norteamericano, era sin duda alguna, sinónimo de terror.
Las víctimas de la dictadura recuerdan a la Caperucita como el móvil utilizado para llevarlos al sitio de su secuestro o tortura.
Muchos tienen en mente la última imagen de sus seres queridos y amigos, sentados en el fondo de la camioneta, vistos a través de los amplios vidrios laterales del coche de la Policía.
El actor Emilio Barreto, quien perdió 13 años de su vida tras ser secuestrado junto con su esposa la madrugada del 22 de junio de 1965, comenta que fue trasladado en la Caperucita Roja hasta su lugar de cautiverio.
“Aquella madrugada, a media cuadra de mi casa estaba la camioneta”, recuerda.
“Para atemorizar a la gente esas camionetas circulaban lentamente por las calles. Recuerdo que cuando notábamos que la Caperucita se acercaba, todos buscábamos dónde escondernos, la gente corría ya que este vehículo era utilizado para la represión. Estos vehículos que creo que eran 4 o 5 fueron donados por el Gobierno norteamericano”, comenta Barreto.
Barreto rememora la última vez que vio a su amigo Eulalio Verdún. “En ese vehículo lo tomaron a él en 1962, nosotros con unos amigos logramos escapar, pero esa fue la última vez que se supo de Lalo Verdún”, apunta.
“Lo que puedo decir es que inconscientemente las personas que vivieron durante aquella época tenían instaurado el temor hacia esos vehículos. Le teníamos un terror porque era sinónimo de policía y no era ninguna sensación agradable que te suban a alguna de ellas”, explica el analista político Alfredo Boccia.
Recuperar la Caperucita
En el año 2011, el Ministerio Público se incautó de una camioneta marca Chevrolet Custom 10 Deluxe, en las calles Pa’i Pérez y Pettirossi, Asunción. La misma fue identificada como una de las Caperucitas. El móvil con numeración de la Capital 15264, fue trasladado hasta el depósito de la Fiscalía en la ciudad de San Lorenzo.
Durante una visita al lugar se pudo constatar que la Caperucita P-1, descolorida y ya sin algunas piezas originales se encontraba entre varias chatarras.
A pedido de la Fundación Pérez de Almada, la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio del Interior se encuentra gestionando el traspaso del vehículo a la dependencia, para que la unidad forme parte del Museo de la Memoria.
El pedido inicial se realizó en el mes de febrero del 2013 y el nuevo director Hugo Samaniego, reenvió el pedido a la Fiscalía semanas atrás.
Samaniego comentó que la intención es que la Caperucita forme parte del museo y pueda servir como instrumento didáctico para los visitantes, teniendo en cuenta las innumerables historias que se relacionan al mismo.
El director de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, explicó que se maneja información de que otra “Caperucita” estaría en manos de un particular.