El ex presidente republicano ha visto cómo su base electoral, ya de por sí sólida, se galvanizaba tras sufrir dos intentos de asesinato, en Pensilvania en julio y en Florida en setiembre.
La repentina irrupción de la vicepresidenta en la carrera, tras la histórica retirada de Joe Biden en julio, ha devuelto la esperanza al Partido Demócrata, que temblaba por las malas encuestas del octogenario presidente.
Kamala Harris está empatada con Donald Trump en las encuestas, o ligeramente por delante a nivel nacional, pero no ha conseguido el impulso que necesita en los únicos estados que cuentan.
Como en 2016 y 2020, los famosos estados bisagra o pendulares (Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin) podrían decidir si la ex fiscala de 59 años o el millonario de 78 consiguen los 270 votos electorales que necesitan para ganar.
Según un promedio de encuestas de The New York Times, Harris (49%) aventaja a Trump (46%) por 3 puntos a nivel nacional. Sin embargo, Trump todavía sigue adelante en algunos de los estados bisagra, lo que hace totalmente impredecible el desenlace.
Candidato a la Casa Blanca por tercera vez, Donald Trump repite la partitura de 2016 y 2020, presentándose como un antisistema, cercano a la gente y muy crítico con las élites de Washington.
Acusa a “Camarada Kamala”, como la apodó, de querer introducir medidas “sacadas directamente de Venezuela o de la Unión Soviética” para contrarrestar la subida de los precios.
En vísperas de las elecciones del 5 de noviembre, la tensión política va en aumento. Los centros electorales de los condados más disputados se han convertido en verdaderas fortalezas. AFP