El caso del secuestro y homicidio de Cecilia Cubas aún no se encuentra cerrado, atendiendo a que existen 19 personas prófugas que aún no se sometieron a la Justicia. Unos cuantos se encuentran en la Argentina, otros presuntamente en Bolivia y una mayoría con paradero desconocido. Los fugitivos habrían tenido directa participación en el crimen y entierro de la mujer.
Gilberto Yamil Setrini fue la última persona que quedó con la víctima del plagio y podría haber sido el que dio la orden a otras personas para que entierren a Cecilia. Ello se desprende de la declaración testifical del guerrillero arrepentido Rubén Darío Bernal.
“La acusación desde un comienzo habló sobre una planificación y seguimiento. Siempre se refiere a las mismas personas. No discutimos que se consumaron los delitos, pero entonces los responsables de los delitos son los prófugos Magna María Meza, Manuel Cristaldo Mieres y Óscar Benítez”, según el abogado Joaquín Díaz.
TESTIMONIOS.
Díaz es defensor del condenado Osmar Feliciano Martínez, ex secretario del Partido Patria Libre. El indiciado fue sentenciado a 35 años de prisión junto con Anastacio Mieres Burgos, también activista del mismo grupo de izquierda.
Existen testigos que comparecieron en juicio y refirieron a una pareja que estuvo en la casa del horror, del barrio Mbocayaty de Ñemby. Todos coincidieron en afirmar que posteriormente, por medios periodísticos, se enteraron de que se trataba de Magna Meza y Cristaldo Mieres. Los citados, sin embargo, no pueden ser ubicados y existe orden de captura internacional.
Hay otros indiciados que antes de someterse a la Justicia, prefirieron huir y solicitar asilo político (ver infografía) en la Argentina, Bolivia y Brasil.
La causa continúa abierta y en cualquier momento puede reabrirse para juzgar a los que huyeron.
Sala de juicio
* Osmar Martínez, durante casi todas las audiencias de los 4 meses, leyó diarios y libros e incluso hizo esquelas. Lidia Samudio prefería tomar tereré y de tanto en tanto compartía charlas con Rosalba Jara Drakeford y finalmente terminaban riéndose.
* Anastacio Mieres Burgos se limitaba a presentarse al momento de iniciarse las diligencias y luego, abogado mediante, obtenía permiso para retirarse y permanecer en la celda de tribunales.
* Desde el primero hasta el último día del juicio, los jueces a cada momento recordaban a los presentes que apaguen los celulares, pues interrumpían la diligencia judicial.
* La jueza Elsa García leyó pacientemente el viernes la larga sentencia y no cansó al público. Había sido que es también declamadora de profesión.