El rumor tomó un punto álgido, pero desde la cúpula cartista se encargaron rápidamente de bajar el tono. “Sería fuera de lugar, antidemocrático y no va a pasar”, dijo tajantemente el senador Bachi Núñez, futuro presidente del Congreso, quien además cuestionó a su correligionario Yamil Esgaiba e incluso solicitó que sea sancionado.
Luego, en coro, los diputados cartistas negaron el plan de expulsión de la patriaqueridista lo que deja el asunto en un simple rumor sin fundamentos.
El murmullo surgió un día después del salvataje en la Cámara de Diputados al violento diputado Esgaib, quien había agredido a las periodistas Rocío Pereira y Fiona Aquino, quienes lo abordaron por el caso de su hija nombrada sin concurso en la Embajada paraguaya de Gran Bretaña, donde exteriorizó nuevamente su comportamiento agresivo y antidemocrático.
Un episodio que generó repulsa ciudadana y claro posicionamiento de la Unión Europea y Estados Unidos a favor de la libertad de prensa. “Todo aquel que ataque a un periodista se encontrará de frente con esta comunidad”, dijo sin rodeos el representante de la UE, Javier García de Viedma. El embajador de EEUU, Marc Osfield, destacó su admiración a los periodistas que conviven diariamente con presiones, amedrentamientos, amenazas, y acotó “que no podemos aceptar que esa sea la norma”, en clara alusión al incidente Esgaib, a quien le cancelaron la visa en el 2023, medida que alcanzó a toda su familia.
Este episodio generó irritación a un sector de su propia bancada que vio la oportunidad para sacarlo de la Cámara, en una especie de trueque: Entregar la cabeza de Yamil, pero también expulsar a Vallejo. Y se alegan dos razones; por un lado, lo consideran un incordio por actitudes agresivas que desgastan innecesariamente a Honor Colorado, pero la cuestión de fondo sería la prematura pelea por la candidatura municipal en Asunción. Su banca sería ocupada por el secretario de Nenecho Rodríguez, quien busca la reelección. Por ahora, decidieron no mover el avispero electoral, aunque el polémico diputado ya camina en la cuerda floja.
UN PELIGRO. El caso Vallejo no debe tomarse a ligera ni como asunto cerrado. Es una amenaza latente, una espada de Damocles. Así sucedió con Kattya González. A ella, los senadores cartistas le negaron que había un plan para destituirla, que eran simples rumores. Recién cuando la orden de la calle España no pudo ser levantada ni por el propio presidente Santiago Peña, se animaron a decirle que la sentencia estaba cantada.
EL MENSAJE. El problema que se plantea con este tipo de actitudes es la advertencia con tufo extorsivo que deja. “Tenemos la mayoría y podemos echarte cuando queremos”, es un aviso que pretende meter miedo y paralizar las voces opositoras, que se cercenan todos los días en los debates en Senado y Diputados. El objetivo es desgastar a tal punto que hacer oposición tenga un alto costo político y emocional. Para ello tienen una aceitada maquinaria mediática y gente sin escrúpulos que escupen odio y difamación todos los días contra objetivos específicos, y a un grupo de dirigentes partidarios y alquilados que acatan las órdenes sin la mínima racionalidad, como el caso Kattya y el inconstitucional “desdesafuero”.
“Si a Kattya que tuvo 100 mil votos la rajaron; con menos votos y menos trascendencia política que ella, la gente se va a olvidar de nosotros al día siguiente”, confesó un apesadumbrado diputado admitiendo la extrema vulnerabilidad de la oposición ante la fuerza bruta de la mayoría cartista que demostró que cuando decide ejecutar órdenes ni siquiera la Constitución es el límite. Por ello, es difícil confiar en su palabra. Ningún opositor que cuestione al poder puede estar seguro en su banca.
ESPASMOS. Este alarde de control del que se vanagloria el Gobierno; sin embargo, contrasta con la realidad que saca cabeza y revela la otra cara. Convulsiones que le señalan que nada está bajo control y que pueden generar chispas peligrosas. El enfrentamiento en la penitenciaría de Pedro Juan Caballero que dejó cuatro muertos y varios heridos avisa que la guerra entre los grupos criminales del clan Rotela y el Primer Comando Capital está latente y que el dominio de las cárceles por parte del Estado pende de un hilo.
La catástrofe en varias ciudades provocada por el temporal pone en foco la calidad de las obras públicas y la ineficiencia de los municipios donde un raudal puede provocar tragedias. Como Lambaré, como Luque. Los intendentes se ahogan en su ineficiencia y desprecio a la vida buscando culpar a la furia de la naturaleza de su inacción. Situación que predispone a la ciudadanía contra sus dirigentes porque no hay una respuesta estatal integral rápida y adecuada para sacar del desamparo a los afectados.
En el aniversario 51° del Tratado de Itaipú se esperaba el anuncio del Gobierno sobre la tarifa, pero no pasó absolutamente nada.
Quizá por este escenario adverso, lo de Rocío Vallejo fue disuelto rápidamente. Pero la insinuación a los opositores que molestan está hecha. La luz de alerta se encendió nuevamente.
Con el cartismo, nada es seguro, excepto la incertidumbre y el temor de que algo peor vendrá.