“El camino de la codicia, del poseer, del tener, de ese instinto nuestro que nunca se cansa de codiciar, de anhelar, de desear, de querer tener, poseer. Este es siempre el método traicionero del demonio”, señaló.
En otro punto, remarcó que una persona puede perder toda su dignidad personal si se deja corromper por ídolos como el dinero.
“El diablo dice ‘si me adorás, todo esto será tuyo’. A cuánta gente les hundió, les fundió, incluso les mató también. Así es el dinero, no tiene alma, no tiene color, no tiene vestido. Se va allí donde se lo invita y ahí empieza la triste historia. También del éxito. Voy a colmarte de éxito”, expresó el religioso.
Valenzuela agregó que el que ensancha su codicia se pone insaciable y que así las personas incluso atraviesan los derechos de los otros solo para obtener un beneficio propio.
“Igual que la muerte, que se apodera de todas las naciones y acapara para él todos los pueblos. Esa es la imagen, la figura del codicioso”, ejemplificó.
Humildad. Además, resaltó que la humildad es uno de los valores fundamentales para vivir en la gloria del Señor.
“La humildad es un poder demasiado grande. Es muy poderoso, feliz realmente del que vive esa actitud de humildad y de permanecer siempre confiado en Dios Padre”, relató.
Finalmente, el obispo destacó la importancia de la confesión. “Hay que refugiarse en la confesión frecuente para llenarse del Espíritu Santo”. R.G