El director ejecutivo de la Alianza Mundial para Mejorar la Nutrición (GAIN, por sus siglas en inglés) ofreció una conferencia en Roma antes de recibir el próximo mes el prestigioso Premio Mundial de la Alimentación 2018 junto al antiguo asesor especial de la ONU David Nabarro.
Haddad consideró que el sector privado está influyendo en los consumidores con mensajes que pretenden crear aspiraciones y emociones a partir del consumo de productos no saludables, mientras que el sector público no convence de igual modo sobre la necesidad de una buena alimentación.
Comparó los mil millones de dólares que invirtieron en publicidad en 2016 las multinacionales estadounidenses Hershey (de chocolate) y General Mills (cereales y helados, entre otros) con los apenas 50 millones destinados dos años antes a la ayuda global para fomentar dietas que prevengan enfermedades no transmisibles.
El experto recomendó a los Gobiernos “construir demanda para los alimentos nutritivos” y buscar socios privados que colaboren en la lucha contra la malnutrición.
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Se estima que una de cada tres personas en el mundo sufre distintas formas de malnutrición -hambre aguda, carencia de micronutrientes, sobrepeso y obesidad- y que, si no se pone remedio, podría verse afectada una de cada dos en 2030.
De hecho, las “dietas pobres” contribuyen a seis de los diez principales factores de enfermedad en la India y a cinco en Italia, muestra de que impactan de forma similar en la mayoría de los países.
En todos esos casos el denominador común es “el consumo inadecuado de alimentos”, apuntó Haddad, que recalcó que las empresas “son parte del problema, pero también de la solución”, por lo que hay que dialogar con ellas para que cambien su modelo de negocio y sean más responsables.
Según un informe de la fundación Acceso a la Nutrición, de los más de 20.000 productos analizados de las 22 mayores compañías de alimentos y bebidas del mundo, 32 % fueron catalogados como “sanos”, si bien solo el 14 % cumplía estándares internacionales para su venta a menores.
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“El ambiente de los sistemas alimentarios no nos lo está poniendo fácil a la hora de tomar elecciones inteligentes” en cuestión de dieta, dijo Haddad, quien reclamó cambiar las normas en materia de etiquetado, impuestos o comedores escolares considerando “aquello que funciona”.
Citó estudios según los cuales el consumo de cinco piezas diarias de fruta y verdura cuesta hasta el 52 % de los ingresos del hogar en algunos países, en medio de una tendencia hacia el encarecimiento de esos alimentos y el abaratamiento de los de alto contenido en grasas y azúcares.