Una frondosa lista de ministros y titulares de entes fueron salpicados por hechos de corrupción y tuvieron que dejar el puesto ante las críticas.
La dimisión la semana pasada de Patricia Samudio de Petropar, y de Edgar Melgarejo de la Dinac, por presuntos hechos de corrupción, fue una muestra más de que el verdadero virus que azota al Gobierno sigue siendo la corrupción. De hecho, Abdo es uno de los mandatarios que mayores cambios ha hecho en su Gabinete en apenas dos años de haber sido electo por situaciones irregulares.
Y a pesar de que se jacta de tener como bandera el combate frontal a la corrupción y la impunidad, los escándalos no parecen dar respiro.
Crisis. Pero vayamos por parte. A un año de haber asumido, el Gobierno de Mario Abdo entró en terapia intensiva tras la revelación de un polémico acuerdo con Brasil para la venta de energía de Itaipú. Esta situación se vivió entre protestas, renuncias de altos funcionarios y amenazas de juicio político.
El hecho generó la barrida más grande de este Gobierno. Tuvieron que poner sus cargos a disposición el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Luis Castiglioni, el director paraguayo de Itaipú, José Alberto Alderete, el embajador en Brasil, Hugo Saguier Caballero, y el titular de la ANDE, Alcides Jiménez. Días después también renunció María Epifania González, quien en ese entonces era titular de Seprelad, salpicada por el escándalo, ya que su hijo es Joselo Rodríguez, quien fungió de representante del vicepresidente Hugo Velázquez para la firma del polémico acuerdo.
A Marito no le quedó otra que aceptar que todos ellos se aparten del cargo o de lo contrario iba a ser el que se iba ante el inminente juicio político. El escándalo tuvo a maltraer al Gobierno, que pasó mucho tiempo acusando recibo del duro golpe.
Primer anillo. Otro que fue obligado a renunciar y se fue del gobierno en medio del escándalo Itaipú fue el entonces jefe de Gabinete, Julio Ullón. Además de ser vinculado al polémico acuerdo, fue acusado de usar sus influencias desde el gabinete para amañar licitaciones a favor de una empresa suya y de hacer campaña proselitista para la intendencia de Asunción. Antes, estuvo involucrado en una polémica visita de un supuesto representante de Lamborghini en Latinoamérica, quien resultó ser un estafador.
Otro hecho fue cuando la ministra de la Secretaría Nacional de Administración de Bienes Incautados y Decomisados (Senabico), Karina Gómez, renunció al verse envuelta en las polémicas que surgieron en torno a los bienes del supuesto narcotraficante Reinaldo Cucho Cabaña.
La lista de renuncias siguió con Armando Rodríguez de la titularidad de IPS, quien dio un paso al costado luego de que se descubrieran supuestas irregularidades en una licitación sobrefacturada para el servicio de seguridad.
Días después le tocó el turno a Horacio Torres, quien tuvo que dejar la titularidad del Indert, tras salir a la luz hechos de coima que se habrían registrado en la institución para la adjudicación de tierras.
DDJJ. Las denuncias de corrupción siguieron salpicando al entorno más cercano de Abdo cuando saltaron denuncias de que sus ministros supuestamente falsearon informes sobre su declaración jurada de bienes ante la Contraloría. Sobre este caso, el Jefe de Estado optó por el silencio absoluto y estuvieron en la mira Eduardo Petta (Educación), Carla Bacigalupo (Trabajo), Mario Varela (Desarrollo Social), Nilda Romero (Mujer) y Dany Durand (Vivienda y Urbanismo). Además de este escándalo, Bacigalupo estuvo en la cuerda floja debido a que su gestión arrojó supuestas irregularidades durante una auditoría.
Si bien no estuvo inmiscuido en denuncias de corrupción específicas, el ex ministro de Justicia Julio Javier Ríos también estuvo envuelto en un escándalo de grandes proporciones y se vio obligado a dimitir por la muerte del comisario Félix Ferrari y la fuga del peligroso criminal y supuesto miembro del Comando Vermelho, Jorge Samudio, alias Samura, quien fue rescatado por hombres armados ante una presunta complicidad de autoridades penitenciarias, dependientes de dicha cartera de Estado.
Y el último hecho que hizo tambalear al Gobierno fue lo ocurrido en plena pandemia. Una supuesta compra sobrefacturada de tapabocas y agua tónica en la Dinac y Petropar obligó a los titulares de ambos entes a dejar el cargo.
Marito se escuda en la Secretaría Anticorrupción
El presidente Mario Abdo Benítez se mostró titubeante y no tuvo una actitud firme en las decisiones sobre los escándalos de corrupción que saltaron durante su Gobierno y que motivó la salida de varios de sus leales y protegidos.
El caso de Itaipú fue entre todos el que más le hizo tambalear atendiendo a que casi perdió el cargo por juicio político. Le salvó la bancada cartista, que tiene una gran mayoría en Diputados.
En el caso de Dinac y Petropar, hasta último momento el presidente alargó la situación y esperó que tanto Patricia Samudio como Édgar Melgarejo sean quienes renuncien y no los echó. En todo momento se escudó en la Secretaría Anticorrupción, a cargo del ex fiscal René Fernández, a quien pidió que analice lo ocurrido en ambas instituciones y le de un dictamen para tomar las decisiones. Hasta ahora la Senac sigue recabando los datos.