@letyafi
Camilo Benítez asumió hace unos pocos días como contralor general de la República en reemplazo de Enrique García. Señala que hay mucho por hacer en la institución a su cargo para devolver la confianza de la gente hacia el ente contralor. Indicó que no teme a las presiones políticas, porque se preparó académicamente para un desafío de esta envergadura.
–¿Cómo se encuentra al asumir el desafío de dirigir la Contraloría?
-Me siento muy motivado, yo siento que existe mucha expectativa por parte de la ciudadanía, inclusive en la clase política, también en la misma institución. Creo que tenemos el desafío de cambiar la impronta de la institución, dar un cambio drástico de imagen y ya empezamos ahora con las nuevas designaciones en los cargos de mayor relevancia, como las direcciones generales y direcciones de área.
–Reasignar a los funcionarios, ¿no es seguir en lo mismo?
-Ocurre que en la Contraloría tenemos una limitación presupuestaria, es decir, no podemos traer en todos los cargos de directivos personas que no tengan rubros. Solamente podemos reasignar porque necesitamos usar a los funcionarios de carrera. En ese sentido, casi todas las designaciones fueron a funcionarios internos de carrera de la Contraloría.
–Una seguidilla de contralores saliendo por la ventana, ¿cómo se ve usted?
–Toda mi vida me preparé para un desafío así, me preparé dentro y fuera del país. Soy una persona académica, docente universitario y toda mi vida fui técnico. Este es un paso más en mi carrera, no es la culminación de mi vida y quiero salir de acá por la puerta grande y quiero ser recordado en el país y dentro de la institución por haber cambiado el rumbo de esta institución.
–¿Considera que tendrá el tiempo suficiente para ello?
–Yo creo que sí, que si nosotros ajustamos y mejoramos algunas cosas, como la actitud, la conducta, empezando por la cabeza y siguiendo con los directores y auditores, creo que en meses vamos a ver cambios importantes en el país.
–¿Qué se debe cambiar dentro de la institución?
–En primer lugar debe haber un cambio de conducta. Debemos cambiar el chip, entender cuál es nuestra función, que es controlar la transparencia y luchar contra la corrupción. Si nosotros mismos estamos siendo parte de la corrupción, somos el mayor flagelo que existe en el Paraguay. Lo segundo es ponernos objetivos.
–¿Cómo cuáles?
–El trabajo que se hace en la rendición de cuentas de las municipalidades es fundamental. Queremos controlar mejor el dinero que se utiliza en Fonacide. Queremos que el dinero que se destina a los municipios, termine siendo utilizado para la educación y no para otra cosa.
–¿Qué piensa hacer con respecto a la oposición de la Fiscalía y otras instituciones a ser auditadas por la Contraloría?
–Debemos luchar contra esa situación. Son más de 200 instituciones públicas, la mayoría municipalidades, las que accionan ante la Corte Suprema contra la ley que rige a la Contraloría, y la Corte Suprema de Justicia, en sendas resoluciones, ha declarado la inconstitucionalidad de esa ley que nos da exclusividad en el trabajo y es un problema real que tenemos. Yo estoy totalmente en contra de la decisión de la Corte. Creo que somos los únicos que podemos hacer el control del gasto público, encima que el Tribunal de Cuentas no cuenta con los funcionarios para hacer ese trabajo; la Contraloría, sí.
–¿Y qué se puede hacer?
–Yo creo que se puede presentar un proyecto de ley, quizás hacer una consulta a la Corte y después de esa consulta presentar el proyecto. Inclusive creo que la Corte puede dictar una normativa que nos dé a nosotros la intervención en esos juicios que tiene el Tribunal de Cuentas. La Corte puede decir que el Tribunal de Cuentas juzgue previo informe de la Contraloría. Si ellos nos cuentan como un estamento previo, ahí la gente no va a presentar más su acción de inconstitucionalidad y los entes van a quedar directamente bajo nuestro control.
–¿Cómo fue trabajar con Enrique García?
–La verdad que no quiero hablar tanto del pasado, pero no fue fácil para mí en lo absoluto. Él me excluyó totalmente de las decisiones institucionales, de cualquier tipo de decisión, me excluyó de las facultades y las prerrogativas que me confiere la ley (como subcontralor). Inclusive les prohibió a los directores que me respondan los pedidos de informes que hacía. Fue muy difícil. A veces, la vida o Dios hace las cosas por algo. Quizás el hecho de que él me haya excluido de hasta las firmas de las planillas de salarios, hoy hace que yo no esté complicado en las decisiones que tomó.
–¿Cuál es su vínculo con el vicepresidente Hugo Velázquez?
–Él es mi amigo, muy amigo mío. Pero soy una persona que jamás he activado políticamente. No hago política partidaria. Toda la vida me preocupé por estudiar y él es una de las personas, como muchas otras, que hoy son políticos, que siempre apostaron en mi preparación, en mi capacidad y que creen un poco en mí. Pero él sabe de mi conducta, de mi integridad y sabe también de mi autonomía. Sabe que tengo el desafío de hacer bien las cosas y cree en eso también.
–¿Qué hará con los pedidos de declaración jurada?
–En el caso del senador Dionisio Amarilla, yo no conozco el pedido. Según la prensa hay un pedido, yo voy a trabajar desde la próxima semana con los nuevos directores de esa área y si hay un pedido del Ministerio Público es un trámite pendiente. Nosotros tenemos la obligación de entregar la información que nos piden el Poder Judicial o el Ministerio Público.Pero la publicación de la declaración jurada también está en el ámbito de la Corte que también debe resolver una acción presentada.
Perfil
Nombre: Camilo Daniel Benítez Aldana. Tiene 37 años. Es abogado, escribano y notario público (UNA). Especialista y máster en argumentación jurídica (España) y doctor en Derecho (UNA). Profesor asistente de la asignatura de Quiebras.
En el 2016 fue designado como subcontralor. Es de extracción colorada, aunque no active políticamente.