Referentes del sector agrícola adelantaron que además de la soja, la producción del trigo y del maíz también se reducirán notablemente este año.
El ing. Luis Cubilla, asesor de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) explicó en conferencia de prensa que los cultivos rotativos que inician este invierno y así también en el manejo de suelo que hacen los agricultores para mantener sano el suelo no se están realizando en tiempo.
La rotación de cultivos es sembrar otro rubro diferente a la soja al término de la campaña. Esto le permite al suelo recuperarse y también corta el desarrollo de enfermedades de la soja. Es una práctica fundamental asociada con la siembra directa, considerada el método más sostenible para el cultivo de rubros extensivos.
Sin la rotación adecuada existe la posibilidad de que los cultivos sufran una deficiencia nutricional, por lo que serán más susceptibles a ataques, lo que redundará en menos rendimientos. “Habrá una considerable disminución de plantas de cobertura en los campos, que son indispensables para mantener altas productividades y reducir la erosión y control de enfermedades y plagas”, indicó.
Así también recordó que con la merma del área de siembra de trigo, rubro que se financia con las ganancias de la soja, se pone en peligro la provisión de insumos para la canasta básica familiar, como la harina y el pan.
“En cuanto al manejo de cultivo se puede dar también que caigan las inversiones de maquinarias e infraestructuras de las fincas de pequeña, mediana y gran escala”, expresó. Reiteró luego que “se estima que el agricultor necesite como mínimo dos campañas buenas para sobreponerse a esta situación, y que el área bajo sistema de siembra directa se recupere”.
Por otro lado, mencionó que el productor buscará abaratar los costos de producción y tenderá a utilizar subdosis de fertilizantes, considerado por lo general como una mala práctica.
Otro problema que se plantea como consecuencia de la mala campaña de la soja es que varias hectáreas dejarán de plantarse, al tratarse estas de sitios rentados. Según cálculos de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), 500.000 hectáreas corren peligro de no volver a plantarse la próxima campaña.
LA SOJA. Recordemos que la campaña principal de soja correspondiente a la zafra 2018/2019 ha tenido su peor resultado en los últimos años. Se alcanzó a cosechar apenas unas 7.854.600 toneladas de granos.
De esta forma, se registra una brutal pérdida de 23,5% de producción en comparación a la campaña anterior. Las implicancias de este resultado serán varias, y en general, tomará recuperarse entre 18 y 24 meses, según referentes del sector.
Además, los precios se proyectan en baja durante todo este año y hasta julio del año que viene, según las cotizaciones de la Bolsa de Chicago. Con este dato, se calcula que dejaría de ingresar al país unos USD 1.340 millones, considerando el dato de las pérdidas en la producción.
A esto se suma el hecho de que el sector de productores de oleaginosas, que alcanza alrededor de 50.000 agricultores, tienen deudas que suman USD 2.800 millones. Varios de ellos estarían recurriendo a la refinanciación de las mismas.