Para el senador Rafael Filizzola, “nunca resolvieron el problema, lo único que hicieron fue mantener el control por unos meses. El PCC, el Comando Vermelho, el Clan Rotela y otras organizaciones criminales siempre mantuvieron su poder. Y ahora ni siquiera la cárcel que debería ser de máxima seguridad cumple con ese estándar”.
Sobre el punto, reflexionó que “desde el inicio hubo un problema conceptual. Cuando el ex ministro de Justicia Ángel Barchini lanzó el Programa de Adiestramiento y Entrenamiento para Agentes Penitenciarios, destinados a la cárcel de Minga Guazú, destacó como nunca que los agentes serían formados ‘dentro de una estructura militar disciplinada’. La capacitación incluso se realizó en el Comando de Artillería de Paraguarí. Se habló de un ‘nuevo modelo penitenciario’ para eliminar la corrupción y las viejas prácticas de complicidad con los clanes criminales en las cárceles. Claramente, no funcionó”.
Señaló que la tecnicatura en gestión penitenciaria presentada por el anterior gobierno como estrategia de profesionalización, con una formación inicial de dos años, terminó siendo una inducción de seis semanas, con un enfoque militar que nada tiene que ver con la labor penitenciaria.

Además, cuestionó que “la infraestructura y equipamiento tecnológico, que según anunciaron implicó una amplia inversión, vemos una sala de monitoreo con un funcionario evidentemente sin la formación y además sin interconexión con la central que se encuentran en la sede del Ministerio de Justicia, esa es una falla importante”.
Además, del hecho ocurrido la semana pasada, también es sumamente relevante el contenido del informe filtrado por los medios, dirigido a la Dirección General de Establecimientos Penitenciarios, donde se detallan siete puntos de vulnerabilidad; entre ellos, celdas con fallas en el cierre automático, trancas rotas que pueden abrirse fácilmente, agarraderas y soportes de metal que podrían usarse como armas, e incluso un acceso sencillo al techo a través de una ventana en uno de los módulos, lo que demuestra una desidia total.
Al respecto, el congresista criticó el trabajo que se viene realizando para mejorar un sistema penitenciario totalmente en ruina. “Entonces estamos una vez más ante una mentira. Aquel show montado a lo Bukele para el traslado de las personas privadas de libertad a centros de máxima seguridad que no tenían la previsión de mantenimiento de los sistemas, de la infraestructura, tampoco de vehículos, siquiera candados, a pesar de los reclamos de los directores, como se vio en la penitenciaría de Emboscada y en Minga Guazú”.
Por último, afirmó que “el sistema penitenciario es complejo y los problemas son estructurales y para ser abordados con seriedad no pueden seguir negando los problemas y sin asumir sus errores, pretendiendo presentar esto como si fueran hechos aislados vinculados a ‘manzanas podridas’. El problema de la corrupción es sistémico y parte de la cultura institucional, lo cual no se resuelve con medidas de cotillón”.