Lo recordamos en el día de su nacimiento y no de su muerte, para hacer mención que esta sufrida tierra también dio a luz a personas ilustres que se destacaron en su labor.
En una sociedad donde sobresale la mediocridad; donde tienen mayor prensa los políticos incultos y chabacanos; donde existe escaso apoyo a los artistas, se hace aun más grande su figura.
Quién iba a decir que ese mita’i nacido en Altos, Departamento de Cordillera, con carencias como todo niño del interior, se iba a comer el mundo, llevando la bandera paraguaya a los más altos niveles.
Luis era un niño campesino más pero su aptitud musical fue descubierta cuando ingresó de la bandita Batallón Rojas Silva, dirigido por el sacerdote salesiano Ernesto Pérez más conocido como pa’i Pérez, que según los biógrafos, escuchó al pequeño Luis Osmer cantando “bajo un árbol, como un ruiseñor...” y vio que ese mozalbete era un diamante en bruto.
Este cura con alma de artista creyó en él y lo formó musicalmente; luego su voz y su talento lo llevaron por los rincones más diversos del planeta.
Lo refleja esa histórica foto, durante el evento anual Royal Variety Show, en el Teatro Prince of Walles, del que fue parte y las cámaras lo captaron recibiendo el saludo de la reina Elizabeth, junto a John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Star.
Fue en el año 1963 y el evento fue transmitido por televisión para toda Inglaterra. La música paraguaya sonaba con fuerza e impresionaba. Entonces, la marca país era la cultura.
Luis Alberto era la voz líder de Los Paraguayos, que era el nombre del trío que causó furor en su época en Europa y el mundo.
Libros, incluso, recuerdan la anécdota que los cuatro de Liverpool escucharon a Los Paraguayos en una prueba de sonido y quedaron impresionados.
Publicaciones de la época afirman que era común ver a los compatriotas emisiones de la BBC de Londres. Esas actuaciones habrían despertado la admiración de estrellas de la música como Rod Stewart, Ronnie Wood y otros.
Cuando ya era un músico consagrado, Paraná regala al pa’i Pérez, una bandaliza completa (instrumentos de percusión) para el Batallón. Tiempo después le dedicó también al pa’i Pérez, una canción que posteriormente grabó en un disco de larga duración en Philips International, que lo distribuyó por todo el mundo.
Un acto que engrandece la figura de Luis Alberto del Paraná, el de no olvidarse de su orígenes y de agradecer a quien fuera su maestro.
Y también un hecho que debería hacernos reflexionar como sociedad, en que la cultura es uno de los caminos para salir de cualquier situación.
Si no hubiera existido un educador como pa’i Pérez, probablemente, no estaríamos aquí hablando de Paraná.
El apoyo a la cultura es casi nula en el país. No solamente en la música, pasa en el teatro o en el cine, que tienen tantos grandes exponentes y tantas historias lindas que contar al mundo sobre Paraguay.
Hasta hoy se sigue luchando por la ley de cine y los músicos siguen golpeando puertas para poder sobrevivir.
Este Gobierno, y los que vengan en los próximos años, deberían de tener como prioridad el apoyo a la cultura. Ocuparse en formar nuevos pa’i Pérez, que a su vez puedan descubrir y potenciar a los talentos que brotan en esta tierra fértil de arte.
Es necesaria esa inversión y ese trabajo para cambiar la imagen del país, que hoy en día es visto solamente como un paraíso donde reinan el narcotráfico, el contrabando o el lavado de dinero.