Estos datos contradicen el argumento de las autoridades del IPS, que sostienen que con el periodo de cálculo de diez años se reduce la posibilidad de distorsiones ocasionadas por los aumentos salariales significativos en los últimos años de vida laboral.
Este aumento de los aportes en los últimos tres años de vida laboral podría repercutir de manera artificial en un monto no adecuado de las jubilaciones y, por ende, poner en riesgo la solvencia financiera del IPS, según los argumentos de la previsional.
El documento del IPS señala que este enfoque “más amplio y representativo” protege los intereses de los asegurados al proporcionar un cálculo más justo y alineado con su contribución a lo largo del tiempo.
Sin embargo, las proyecciones actuariales de salarios promedio de los cotizantes a lo largo de su vida laboral registran que mayormente los salarios ascienden a la edad de 35 años y disminuyen entre los 55 y 59 años. Según el informe, la remuneración de los hombres en este periodo de edad llega entre los G. 4 millones y G. 4,5 millones, mientras que el de las mujeres, la mejor paga gira alrededor de G. 3,5 millones y G. 3,9 millones.
“Dicen supuestamente que el salario declarado tiene una trayectoria diferente en la que se mantiene estable durante muchos años y en los últimos tres años sube, supuestamente, entonces con eso se le engaña al sistema y termina cobrando más de lo que ha puesto en promedio, eso es lo que ellos dicen. Pero estas curvas tienen una forma de u invertida, tienen un pico y después al final van decayendo, lo que quiere decir que no se comportan así como ellos dicen”, explicó el economista Rodrigo Ibarrola.
El profesional señaló que esto no quiere decir que no haya casos de subdeclaraciones, pero que si hay casos, “al menos no les afecta mucho a la generalidad de los aportantes porque vemos que esa curva no tiene ese comportamiento, es tan pequeño, tan pocos los casos que no afectan la trayectoria del salario”, añadió.
En ese sentido, mencionó que teniendo en cuenta estos datos, hacer el cálculo de 120 meses para este sector resultaría más beneficioso porque alcanzaría a contar parte de los años en que tuvo mejor salario.
“Aumentar el promedio sería beneficioso a diferencia de cómo habíamos simulado con una persona que tiene un salario fijo todo el tiempo, ahí se pierde, pero si tiene este comportamiento puede ser que le sea beneficioso”, comentó.
Ibarrola indicó que lo que llama la atención es que el proyecto no cuenta con una proyección actuarial ni ningún escenario que demuestre que este nuevo cálculo beneficie a la institución como al trabajador promedio, lo que levanta la sospecha de que se trata más bien de una decisión política que técnica.
El economista ya había señalado, anteriormente, que esta propuesta no estaba dentro de las alternativas en los estudios actuariales para corregir el desfinanciamiento del fondo de pensiones y, por otro lado, no se tuvieron en cuenta otras alternativas que no necesariamente afectaban al aportante; por ejemplo, buscar aumentar la cantidad cotizantes al fondo de jubilaciones de la previsional.