–¿Qué opina sobre la situación planteada con la DEA, a partir de una comunicación del actual ministro de la Senad, Jalil Rachid, que comunica al ese organismo antidrogas de los Estados Unidos la decisión de finalizar con la cooperación entre agencias?
–La verdad que, como todos, nos sorprendimos muchísimo considerando la importancia de esta cooperación. Creo que cada autoridad tiene su postura y su manera de trabajar y que si el ministro dijo que fue con autorización del presidente, seguramente es parte de la estrategia de trabajo que ellos tienen. No puedo criticarle, pero sí decir que si un país como el nuestro quiere luchar contra el crimen organizado no puede hacerlo sin la cooperación internacional.
En el año 2015, el representante de la DEA en ese momento, Eric Bernard, había dicho que estaba muy contento porque Paraguay empezaba a dar señales de que quería luchar contra el crimen organizado. Fue durante la presidencia el señor Horacio Cartes, y que ese vínculo con la cooperación internacional era importantísimo. Hace ya una década de eso y de ahí en más nosotros avanzamos poco y es así en Paraguay o en cualquier país del mundo.
Y es que el crimen organizado permea cada vez más instituciones. En el continente americano tuvimos países donde el narcotráfico en particular causó muchísimo daño e innumerables muertes.
–¿Para usted, entonces, todo indica que se hizo con conocimiento del Ejecutivo?
–La Senad depende de Presidencia y si el ministro dijo que todo fue en conocimiento del presidente de la República, por qué tendríamos que dudar de ello. Pero me parece interesante resaltar que cuando nosotros firmamos un nuevo Memorándum de Entendimiento entre la Senad y la DEA, en 2022, lo hicimos entre cuatro participantes.
En la primera parte de ese documento se explica muy bien la cronología de ese instrumento internacional: En el 2010 se firma un convenio entre la Senad y la DEA. Un mes después. Ese mismo convenio, entre la DEA y la Policía Nacional, y se incorpora un aspecto importante que dice “lucha antidrogas y delitos conexos”. Se establece un plazo aproximado de 5 años para revisión o renovación del acuerdo. Por eso, en 2016 se firma una adenda de ese memorándum y allí ya automáticamente es entre Policía Nacional, Senad y la DEA.
–¿Y la Fiscalía General?
–Bueno, ya desde entonces estaban siempre dentro de la SIU (Unidad de Inteligencia Sensible, SIU)- Senad y de SIU-Policía dos asistentes fiscales que eran nexo natural entre el Ministerio Público y estas instituciones. Desde mi experiencia en Senad esos fiscales eran los que llevaban y traían todos los pedidos de informe o la comunicación sobre los procedimientos especiales que se iban a realizar.
Entonces habiendo pasado 5-6 años de ese convenio se empezó a negociar de vuelta con la DEA que señaló lo importante que sería incorporar al Ministerio Público.
Se le consultó a la doctora Sandra Quiñónez (fiscal general), y ella estuvo de acuerdo porque también ellos tienen una cooperación del Departamento de Justicia (EEUU). Se le consultó también a la Policía Nacional que propuso algunas modificaciones, pero también estuvo de acuerdo.
Solicitamos un dictamen a Asesoría Jurídica de la Senad sobre incorporar al Ministerio Público. No respecto a si el acuerdo con la DEA debía o no existir. El dictamen fue positivo respecto al memorándum, pero objetó el ingreso del Ministerio Público.
–¿Por qué razón?
–Porque dijeron que los fiscales tienen otra función. Mientras que nosotros somos investigadores, los agentes fiscales son los que tienen que llevar la acción penal pública.
No obstante, ante las posiciones favorables de la DEA, el Ministerio Público y la Policía también y por la importancia que tiene para la Senad y por la manera en la que estaban trabajando, por supuesto que firmé el documento con el nuevo marco de colaboración. Además de eso, yo ya conocía el sistema de trabajo de SIU, sabía de la importancia que tenía la DEA para el país. Así suscribimos ese Memorándum en 2022 con la doctora Quiñónez por la Fiscalía General del Estado; la DEA, y el comandante de la Policía Nacional. Por lo tanto, todas estas instituciones tienen su propia copia del documento.
–Las autoridades actuales expresaron que desconocían la existencia de ese documento acordado con la DEA y hasta dicen que hubo un dictamen negativo de la asesoría jurídica respecto al mismo...
–Pero ese dictamen era solo respecto al ingreso o no del Ministerio Público, no respecto al acuerdo. Aprovecho para aclarar que el convenio de cooperación entre las agencias se puede firmar entre ellas y que la norma no obliga al registro ni al archivo de ese documento en el Ministerio de Relaciones Exteriores, porque es un acuerdo entre instituciones. Existe un tratado o documento marco entre el Paraguay y los Estados Unidos que sí está en RREE, porque tiene otro nivel.
–¿Eso me está apuntando a propósito de que dicen que no se transparentó lo firmado en 2022?
–Sí, y al respecto quiero apuntar que si el Gobierno trabajara en forma coordinada, en esa primera conferencia de prensa (7 de diciembre) convocada al conocerse la nota enviada por Rachid a la DEA, se ve sentado ahí el doctor Marco Alcaraz, hoy ministro de Inteligencia, quien estaba totalmente en conocimiento de ese Memorándum de Entendimiento. La Policía Nacional tenía también su propia copia. El comandante también tendría que haber sabido de que existía ese acuerdo. Estas autoridades no pueden tener tal desconocimiento. Por otra parte, ¿qué ganaría yo ocultando un documento que además de la Senad firmaron los representantes de otras tres instituciones participantes?
Los logros institucionales que nosotros tuvimos no fueron pocos. Y borraría eso con el codo si no transparento un documento. Es imposible.
–¿Entonces, estamos ante una desprolijidad administrativa o hubo una orden superior que desconocemos?
–Realmente desconozco esos pormenores, pero hay que tener en cuenta que el ministro dice que el presidente estaba al tanto. Nosotros tenemos que basarnos en lo fáctico. En los hechos existentes. Por eso es que no podemos cavilar diciendo la orden vino de acá o de allá. Los hechos reales son que el presidente le dijo: “cortá esto”. Según la nota firmada por Rachid, el fundamento es que quiere reestructurar su institución. Es decir, ya tenía tomada una decisión y si el presidente sabía de la decisión, entonces ellos ya no querían trabajar con la DEA.
Pero después, aunque el ministro (por Rachid) no esté de acuerdo, vuelven a decir que por decisión política van a continuar con la DEA. Felicito al ministro porque se mantiene en su postura, sea adecuada o no a la situación que nosotros vivimos, él se mantiene y sabrá los motivos.
–En una reunión de prensa habló de esa reestructuración y mencionaron reorientar la cooperación de la DEA a la Policía Nacional…
–Sí. Pero hay una contradicción. No es que los agentes van a ir a trabajar con la DEA. No, los agentes iban a quedarse, ellos decían de reorientar, pero hay que conocer bien cómo trabaja esta estructura. Ya existe una SIU-Policía y todos tienen el mismo tratamiento que es lo mismo que la DEA brinda a la Senad. Todos trabajan por igual, todos tienen lo mismo. O sea que llevar la cooperación de la Senad a la Policía no tiene sentido porque eso ya existe en la práctica. Lo digo con conocimiento de causa.
–¿Qué le brinda la DEA a Paraguay?
–El Memorándum de Entendimiento establece desde preparación física, intelectual y técnica de los agentes, hasta logística. No puedo decir de memoria todo cuanto coopera, pero sí que no tiene precio, lo mismo que toda la red de contactos que te brinda el estar en cooperación con la DEA.
Para cualquier caso, para cualquier necesidad, ellos consiguen datos de cualquier país, cualquier tipo de datos de inteligencia, como también nos proporcionaron los de Europol para el Operativo A Ultranza. Gracias a ellos nosotros contactamos con la gente de Uruguay en muchos casos y con la Policía Federal (Brasil) que también trabaja con ellos. La DEA está en diversos países y no solamente como programa SIU, sino en otros niveles y otros tipos de cooperaciones. Un punto que me llamó la atención de lo que estuvimos escuchando en las últimas semanas es que el ministro y el presidente dijeron que en estos 15 meses que se estuvo trabajando con la DEA no estaban satisfechos con los resultados. Deben saber que la investigación de un caso lleva mucho tiempo porque implica análisis, lectura adecuada de las situaciones y sobre todo paciencia. Para ejecutar A Ultranza tardamos 28 meses para ser desarrollado; Ignis, que también se inició durante nuestra administración, llevó más de un año de investigaciones. Dakovo duró más de un año de investigación. Todos estos casos grandes que apuntan a descabezar estructuras, implican tiempo, paciencia y espera. En cambio, las incautaciones muchas veces pueden ser fortuitas..
–¿De qué manera se compromete la soberanía con una cooperación con la DEA según algunos legisladores cartistas?
–El propio Memorándum de Entendimiento dice que la institución en este caso, Senad, puede terminar la cooperación cuando quiera. Entonces, ¿dónde estaría el peligro? Y además, consigna que el acuerdo se rige por normas paraguayas, no por el derecho internacional. Perder la soberanía, sería no combatir el crimen organizado y que los grupos criminales se asienten y se apropien de nuestro país, como ya está ocurriendo en nuestro continente.
Nosotros tenemos que tener dos tipos de lucha: Una, interna, que demanda adquirir radares, aeronaves, más escáneres, drones, equipos aéreos no tripulados, y capacitar al personal. Senad no tiene siquiera equipos de escucha. En lo externo, es la cooperación internacional. Sin alianzas no vamos a poder avanzar de ninguna manera. Si averiguan en Relaciones Exteriores hallarán más de 10 convenios con cada país con los que se está trabajando. Por eso, lo ocurrido con la DEA golpeó mucho porque es una institución enorme que está especializada en la lucha contra el narcotráfico. Sus detractores dicen cómo es que la DEA no pueden terminar con el narcotráfico. Yo les invito a pensar a la inversa: Si Estados Unidos no puede con esa lucha, ¿qué seríamos nosotros solos?
–¿Cree que la situación va a tener impacto en esas otras cooperaciones?
–Sí. Yo recibí muchísimas llamadas de colegas de otros países que me preguntan qué pasa. Vivimos en un mundo globalizado. Preguntan cómo seguiría el trabajo, etcétera.
Nosotros logramos la confianza de Europol, por ejemplo. Porque para que Europol nos entregue información para poder operativizar A Ultranza, fue gracias a que ya confiaban en nosotros. ¿Y esa confianza a través de quién vino? De la DEA, porque ellos eran como nuestros garantes. Se construyó esa confianza con respaldo de la DEA. Si no trabajamos en volver a construir esa confianza, no iremos adelante.
–¿Se va la DEA del país?
–Van a seguir conversando y no se van a retirar porque Paraguay es el mayor productor de marihuana en Sudamérica, y el segundo principal exportador de Brasil en este continente. Es la ruta propicia para el tráfico internacional de cocaína, ruta del tráfico de armas. Es la base de operaciones de estructuras del crimen organizado internacional en Pedro Juan, Ciudad del Este, Canindeyú. El país no es productor de precursores y sustancias químicas, pero es la ruta del tráfico ilegal proveniente de Brasil y de Argentina que van a Bolivia para que cocinen la cocaína y luego vuelva como pasta base o cocaína. Y Senad maneja un exiguo presupuesto. Así cómo vamos a dejar la cooperación con la DEA. No podemos darnos el lujo de desvincularnos de la DEA, ni de ninguna otra agencia que trabaje de esa manera con nosotros.
