“El proyecto que presentamos lo veíamos como bastante innovador, no habíamos visto algo similar en otros medios”, afirmó a Efe Jazmín Acuña, editora y reportera de El Surtidor, tras conocer esta semana que se encuentran entre los tres finalistas de su categoría.
Los desterrados del Chaco: Una serie sobre el lugar con la deforestación más acelerada del mundo
El trabajo que les llevó hasta la final muestra la riqueza del Chaco paraguayo y sus amenazas con una “conjunción de ilustración seductora, con datos contundentes y buen reporteo”, precisó Juan Heilborn, editor y diseñador.
Esos tres pilares son los distintivos de este medio digital que arrancó en 2016, “como una apuesta de tratar de hacer periodismo visual, en principio desde las redes”, apuntó Heilborn.
Su destinatario era un público menor de 30 años, que no terminaba de conectar con los medios tradicionales y que demandaba información contada con sus mismos códigos.
"¿Cómo hacemos para transmitir información de manera concisa a un público joven que también está siendo dejado de lado por los grandes medios, a quienes no están hablando necesariamente en su lenguaje?”, recuerda Acuña.
La respuesta la encontraron en “la potencia de lo visual con la data rigurosa, con ángulos innovadores, hablar desde otro lugar para difundir información que sea fácil de compartir”.
Así comenzaron a diseñar afiches e historias con scroll como formatos principales, y género, medioambiente, derechos humanos y explicaciones de las relaciones con el poder como línea editorial.
Todos marcados por “la desigualdad que atraviesa todos nuestros temas”, añaden.
Sus intereses no entienden de temporalidad, están presentes desde hace años en la sociedad, por eso huyen “un poco de la tendencia a publicar lo inmediato”.
Primero porque, como ellos reconocen, sus recursos no les permiten competir con la prensa tradicional y, segundo, porque prefieren dedicarse a “entender los fenómenos como parte de algo más grande”.
“Acá lo que falta es hablar de los temas que nos afectan como sociedad. Creíamos que lo que faltaba era darle mucho más énfasis en qué estamos hablando cuando estamos hablando”, explicó Acuña en la redacción del medio, en el centro de Asunción.
Para añadir que “no son cosas que los medios no estén tratando, es el ángulo desde donde se tratan. Ahí estamos aportando nuestro granito de arena al periodismo local”.
Sin recurrir al costumbrismo, sus historias gráficas sí aluden a las “referencias populares” para que “la gente reconozca algunos signos visuales”, señaló Heilborn.
“Es seducir, buscar la seducción, diseñar personajes diversos, transmitir diversidad... Conmover, buscamos conmover”, agregó.
Eso les exige conocer a su audiencia, ahora también con una lista de difusión a través de whatsapp, y saber cómo acceden a la información para seguir hablando su idioma.
“Una de las cosas de las que nos dimos cuenta es de que tenemos que llegar al teléfono de las personas, no podemos pedirles una acción más, tenemos que estar en la costumbre, en el hábito de comunicación de nuestros público”, explicó Heilborn.
Así aprendieron con la prueba y el error, con fallos como el formato vídeo o diseños demasiado cuadrados, poco acordes para la pantalla del teléfono.
Ahora, El Surtidor busca probar suerte con los podcasts para llegar a esas personas que “pierden muchísimo tiempo en el colectivo” y quieren “desenchufar del tráfico y escuchar una buena historia”, avanzó Acuña sobre futuros proyectos.
También abandonarán las fronteras paraguayas y se lanzarán a una nueva serie sobre la basura en Latinoamérica, en la que recurrirán a la colaboración de medios similares de otros países para ahondar en problemas locales que se replican en toda la región.
El equipo espera ahora la deliberación del jurado para conocer si “Los desterrados del Chaco” se alza con el Premio Gabo en la categoría de Innovación.