Pensar que después de los 40 años conseguir un empleo es un reto mayor que en otra etapa de la vida es solo una perspectiva. “Pareciera un problema generalizado, pero en la práctica no es tanto así”, opinó Adriana González, psicóloga, quien desde hace seis años se desempeña en el área de Selección de Personal en una consultora.
La especialista sostuvo que en realidad hay que considerar otros factores, por ejemplo, qué tipo de cargo se pretende ocupar, qué perfil se necesita para el cargo y el tipo de personalidad con la que se cuenta para ello. “Cuando hablamos de una vacancia en un determinado puesto, se requiere también de un perfil psicolaboral específico”, indicó.
La edad no es un problema, es solo un factor más. Según lo que explicó González, hay empleadores que disponen de cargos en los que se requiere experiencia. “Las personas con solvencia y madurez tal vez puedan servir para esos cargos”, manifestó.
La psicóloga brindó un ejemplo, dijo que el perfil para un cargo técnico es uno de los que necesariamente requiere de experiencia y de la aplicación de los conocimientos acumulados: “Ocurre que una persona puede conocer todas las mañas de esa carrera, en comparación con una persona que está empezando recién y quien debería de estar en un puesto de aprendiz”.
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Mejor valorados
Actualmente, hay expertos que indican que contratar a gente que ronda los 40 años es aconsejable por las ventajas que ofrecen las personas que llegan a esa edad.
Sin embargo, hay quienes opinan que cuesta conseguir un empleo llegando a las cuatro décadas de vida. El motivo suele ser la falta de adaptación a los cambios o porque no hay una planificación profesional.
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“Muchas veces, en esta etapa de la vida hay características que se dan como cambios. Se van los hijos, por ejemplo. Y eso puede influir en la persona, en sus actividades laborales. Eso también puede ser algo que le puede afectar a la hora de buscar un empleo, porque le deprime y hace que uno sea más propenso a los daños”, expresó González.
“Lo ideal es que una persona se encuentre activa y dinámica en una actividad laboral o alguna que se considere productiva”, agregó.
La profesional recomendó que para que una persona de 40 años o más pueda sentirse productiva, esta tiene que mantenerse en actividades que le hagan sentir útil. Por otra parte, enfatizó que la persona no debe tener miedo de ofrecer ayuda con su experiencia a los demás.
Para dejar de trabajar, no hay un límite de edad, refirió. “El trabajo dignifica a una persona, siempre da un sentido de realización social. Por eso, yo creo que no hay un edad que limite hasta dónde uno puede trabajar”, concluyó.
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