Elías Honzi y Liz Acosta
YAGUARÓN
El domingo se cumplen 16 años de la muerte de Felicita Estigarribia, la niña de las mandarinas, que fue asesinada mientras vendía frutas en Yaguarón, Departamento de Paraguarí.
En la escuela donde cursó tan solo el primer grado (que repitió varias veces), siguen peleando contra los mismos enemigos: El trabajo infantil, el abuso sexual contra niños y otros maltratos, de los que tienen que rescatar a sus alumnos valiéndose de los pocos recursos que tienen a disposición.
“Con los alumnos hay que ser muy sutil. Cuando llegás ya te abrazan, como si vos fueras su salvación. La educación es el único salvavidas contra el abuso y otros males”, reflexionó Liliana Gómez, actual directora de la escuela Santa Librada de Yaguarón.
En una escuela del interior del país donde los niños vienen con diferentes problemas, el docente debe multiplicarse y cumplir diferentes roles, según la experiencia de la maestra.
Liliana afirma que lo más difícil es lidiar con el hambre y que la primera de las misiones, es tratar de llenar ese vacío, porque es casi imposible aprender cuando el hambre vive en el estómago. “Vienen desganados. ‘Mba’e ja’uta’, es lo primero que preguntan. Hay que tener tacto, porque ya vienen con una rabia, ven y escuchan maltratos”, añadió.
Nivel país
En el resto del país la situación no es muy diferente.
Desde el Ministerio de la Niñez informaron que este mes de mayo, del 19 al 24, se abordó a un total de 153 niños, niñas y adolescentes que deambulaban por la calle realizando trabajos informales, en Asunción, Luque y Fernando de la Mora, en plena cuarentena sanitaria.
El 60% de ellos, estaban acompañados por sus padres u otros adultos para la actividad que estaban realizando.
Según determinó un estudio realizado por El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, la exclusión de la escuela es uno de los mayores flagelos de la educación en nuestro país.
6 de cada 10 estudiantes que se matriculan en el primer grado abandonan la secundaria antes de llegar al tercer año de la media.
De acuerdo a este trabajo, las razones económicas son la principal causa de abandono de la escuela.
436.419 niños y adolescentes en todo el país están involucrados en alguna actividad económica, según el Ministerio de la Niñez.
16 años después el panorama no cambió mucho en Yaguarón.
El barrio donde vivió Felicita sigue siendo caminado por niños vendedores de yuyos o de algunas frutas por pedido de sus propios padres.
Y es este trabajo, en edad precoz, es lo primero que los separa de los estudios.
Los maestros hacen lo que pueden haciendo brazadas en aguas turbulentas.
Ponen carteles en las paredes de la escuela haciendo recordar a los chicos que deben exigir respeto a los adultos que se quieren propasar con ellos, que deben contar cuando son víctimas de violencia o cuando ven que sus madres lo son.
“Se habla con ellos y se les advierte de los peligros pero no tienen la ayuda del entorno”, dice la profesora Liliana, dejando escapar la resignación en su voz.
Las Cifras
153 Niños, niñas y adolescentes trabajadores fueron abordados en las calles en Asunción y alrededores en plena cuarentena.
6 De cada 10 estudiantes que empiezan sus estudios, abandonan la secundaria antes de llegar al tercer año de la media.
436.419 Niños y adolescentes de todo el país están involucrados en la realización de alguna actividad económica.
Según defensora, los niños necesitan conocer sus derechos
Hoy día todavía existen los casos de maltrato infantil y lo que va de la mano, la explotación laboral. Desde la Defensoría de la Niñez, Bettina Ovando nos explica que la mejor manera de conocer y efectivizar los derechos de los más pequeños es que los niños tengan una enseñanza integral.
“La educación nos prepara no solo para saber acerca de la historia, las matemáticas, sino también lo bueno, lo malo, lo permitido, prohibido, valores, y así poder ir desarrollándose y creciendo como persona hasta alcanzar la adultez, de lo contrario seguiremos en deuda con nuestra niñez”, explica.
En la actualidad, el Ministerio de la Niñez cuenta con dirección que trabaja con los chicos en situación de calle, los aborda y recoge información sobre ellos, si se dedican a algún tipo de trabajo infantil, luego se deriva a la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia, donde -en caso de necesitar los representan judicialmente.
Señala que “sería una mentira decir que ya no existen niñas en situación de explotación laboral, pero también es bueno reconocer que desde el Ministerio de la Niñez y la Fiscalía en la lucha contra la Trata se está haciendo un trabajo de concientización y erradicación de dicho flagelo”.
La defensora Ovando es tajante al decir que “sin educación, los condenamos a una vida sin oportunidades con todo tipo de vulneraciones, vulnerando ya el derecho constitucional a la educación, y así podemos enumerar otros no menos importantes como la salud, la vivienda, a una vida digna”.
Refiere que a medida que conocen sus derechos, son capaces de exigir y a la vez denunciar vulneraciones como malos tratos y abusos.
Además, explica que lo fundamental es que se pueda dar en las escuelas la educación sexual, a fin de que sobre todo las niñas puedan empoderarse y saber que su cuerpo nadie lo puede tocar, ni siquiera bajo el falso cariño.