Un nuevo caso de supuesta discriminación en un colegio de Luque, donde denuncian que se negó la matriculación a un niño con Asperger, trajo de vuelta el debate sobre la vigencia de la Ley 5136/14 “De Educación Inclusiva”.
Para Barranco, es necesario hacer una reflexión del actual sistema educativo, no solo visto desde la falta de calidad, sino también en la inclusión.
“Hablamos de que la educación inclusiva requiere de una transformación del sistema educativo, porque no es solamente incluir al chico con algún tipo de dificultad dentro del aula”, explica.
Y para que esto ocurra, cuenta Barranco, debe revisarse de manera profunda la práctica en el aula, en los centros educativos.
En ese sentido, el MEC puede promover talleres para las familias y los docentes en las escuelas, de manera a derribar mitos y temores referentes a la discapacidad.
Colaboración. Otro punto importante para incluir es lograr el trabajo colaborativo.
“Las posturas están como muy polarizadas, porque se quiere cargar toda la responsabilidad en un solo agente”, afirma la especialista.
La misma ley de inclusión habla de un trabajo en conjunto entre las familias, los docentes y directivos de los establecimientos. “El papá es experto en su hijo, la maestra es experta en enseñar y el directivo debe colaborar con ambos”, agrega Barranco.
Sobre las prácticas educativas, la viceministra de Educación Básica, María del Carmen Giménez, sostiene que dentro del consejo de reforma que se está promoviendo, en una segunda fase se convocará a maestras y especialistas en inclusión. “Hoy tenemos experiencias de docentes y directores que sin ayuda lograron la inclusión”, comenta.