Aunque este fenómeno podría ser un alivio para algunas áreas afectadas por la sequía, como el Cuerno de África; sin embargo, “puede significar un problema para otras partes de África, América Central y el Lejano Oriente asiático”, informó la FAO en un informe publicado hoy.
"África Meridional, América Central y el Caribe y partes de Asia son motivo de especial preocupación, ya que varios países de estas regiones ya se enfrentan a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda y las temporadas agrícolas clave caen bajo los patrones climáticos típicos de El Niño de condiciones más secas”, se indica.
“Las áreas del norte de América del Sur también están en riesgo de sequía potencial, mientras que Australia normalmente experimenta precipitaciones suprimidas”.
Por ello, el jefe de la Oficina de Emergencias y Resiliencia de la FAO, Rein Paulsen, señaló en una nota la necesidad de “tomar medidas tempranas y anticipadas”, y anunció que se “apoyará a los Estados miembros en estos esfuerzos, en la medida en que los recursos lo permitan”.
Dados los pronósticos más recientes que han aumentado la probabilidad de que ocurra un evento de El Niño a partir de junio, la FAO ya está poniendo en marcha los preparativos iniciales para apoyar a los países afectados.
“Los pronósticos en este momento son claros, pero inevitablemente solo se pueden presentar con poca confianza debido a su baja potencia durante el periodo mayo-junio-julio”, explicó Óscar Rojas, agrometeorólogo de la FAO.
Los eventos de El Niño generalmente ocurren cada dos a siete años, con episodios de La Niña y condiciones neutrales llenando los años intermedios.
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El Niño tiene una gran influencia en los patrones de temperatura y precipitación en muchas partes del mundo, provocando fenómenos meteorológicos extremos, como sequías, inundaciones y tormentas, explica el organismo.
Si bien la lluvia será un alivio bienvenido para los agricultores de Argentina y el Cercano Oriente asiático, El Niño también puede causar inundaciones severas, que pueden dañar la agricultura y aumentar las enfermedades: “Ese es un riesgo particular que la FAO ha examinado en relación con África Oriental, que se ha enfrentado a cuatro años de déficit extremos de precipitaciones y donde la recuperación llevará mucho tiempo, incluso si las lluvias finalmente regresan”.
Por otra parte, “Australia, Brasil y Sudáfrica, todos los principales productores y exportadores de cereales, se encuentran entre los países en riesgo de condiciones secas, al igual que muchas otras naciones de África central y occidental, el sudeste asiático y el Caribe”.
“El riesgo inverso de precipitaciones excesivas es válido para exportadores como Argentina, Turquía y los Estados Unidos de América, así como para países de Asia Central”, añade la FAO.
Además, El Niño generalmente eleva la temperatura promedio global y se asoció con el récord registrado en 2016, cuando ocurrieron varias calamidades que liberaron carbono, incluidos incendios forestales y de turberas en Indonesia y miles de millones de árboles diezmados por la sequía en el Amazonas.