No se le puede pedir conciencia ciudadana ni participación masiva, en los reclamos programados, a la mayoría de la gente en medio de tantas carencias. Como le dijo el repositor de supermercado, Claudio Rejala, a Gustavo Alfaro, el director técnico de la Selección Paraguaya de Fútbol: “Me cuesta llegar a fin de mes y no me alcanza la plata ni para el pasaje del ómnibus”. Menos mal que le ganamos a Chile, es el único momento de felicidad en su vida que tiene el joven trabajador, tal como le confesó al profe. Algo brutal para la promesa del vamos a estar mejor.
La conciencia cívica. A aquellos que le quieren culpar al pueblo, por haber votado mal o por no salir a manifestarse, les quiero decir que, en las condiciones en las que está viviendo la gente, no puede existir en abundancia esa tal conciencia cívica y responsabilidad ciudadana, como existen en la Francia de la Bastilla desde 1789.
Menos mal. Hemos evitado decapitaciones. Para que no tengamos guillotinas todavía existen las remesas de las paraguayas y los paraguayos desde el exterior, que sumaron en el 2024 alrededor de 700 millones de dólares, y en el 2023, 621 millones, más que los 535 millones de dólares que inyectaron al Estado todas las turbinas de Itaipú.
Ese dinero de los parientes que emigraron empobrecidos, en una economía que crece desde el 2004 en forma exponencial, plop, es el remedio de la abuela, la tortilla de la familia y la cuota de la moto para salir a trabajar, sin transporte público de calidad.
La disminución de la pobreza que se inició en el 2004 se detuvo abruptamente en el 2013. Habiendo caído desde el 2003, cuando afectaba al 50 % de la gente, al 2013, en 22 puntos porcentuales.
Desde el 2013 a hoy disminuyó apenas 2 a 3 puntos porcentuales, según el Banco Mundial.
Qué es eso de exigir conciencia cívica, y quejarse de la carencia de educación que, los más pudientes que no quieren que existan marchas, le quieren enrostrar a un pueblo que está hambreado, un millón quinientos mil, según la FAO, al cual nadie lo ha educado, penúltimo en las pruebas de PISA detrás de Haití, que no tiene una vivienda digna –faltan un millón, el presidente Peña promete 20 mil por año y entrega solo 6 mil– que sobrevive en asentamientos, y al cual se lo mantiene enfermo sin servicios de salud pública.
Dónde se compra esta tal conciencia cívica. ¿En alguna de las miles de farmacias que pululan en las ciudades de un país enfermo? Díganme. ¿Cuál es el descuento con tarjeta, de cuál de los bancos?, que ganaron alrededor de quinientos millones de dólares en el 2024, mientras que los paraguayos están sobreendeudados (según la ministra del Trabajo y conforme a las declaraciones del ministro del MUVH) en Informconf, centenas de miles, sin poder conseguir empleo y sin poder cumplir las exigencias para la casa propia dentro del programa Che Roga Porã. Un verdadero fracaso. Japoína.
La sola convocatoria a tres marchas en una sola semana, repito, no importa la cantidad de gente que pueda ser movilizada, ya es una muestra contundente de que el maquillaje de políticas públicas, para mantener el statu quo, no está impidiendo que haya explosiones sociales que perturben las relaciones de poder. Esto quiere decir que los programas del Hambre Cero y el fiasco de los pupitres, para escuelas sin baños y sin techos, no fueron suficientes para acallar los estómagos crujientes.
Gobernabilidad en riesgo
Se entiende por gobernabilidad, que Peña la está perdiendo, al grado de equilibrio dinámico entre demandas sociales y la capacidad de respuestas del gobierno a las necesidades de la gente. En concreto, el presidente de la República tiene un equipo de incompetentes, que habla un sinsentido y que no sirve para nada. Se lo dice en la cara su propio jefe, el presidente de su partido, el cual lo acusa de rodearse de mucha gente afín que no hace nada en su Gabinete. A modo de humor absurdo, espero verle a HC en alguna de las marchas. Hay rumores de que el quincho ya sabe que el presidente Peña tiene a su lado a gente ineficiente hambrienta de dinero y embriagada de poder. Hay sospechas de que es por eso por lo que se estaría buscando un nuevo candidato oficialista para el 2028. En fin, Alliana no despega, solo en lo político. No sabemos en lo económico, quizá Cartes lo sepa.
El senador Gustavo Leite (no importan sus razones, en política valen los hechos, no solo las intenciones) se viene quejando también del presidente y su Gabinete, acompañando al ex presidente, ya en cinco ocasiones. Veamos. El “presidente de la nación pide boludeces” al legislativo, le bajó en una primera ocasión cuando estaban diseñando una ley. Nadie lo censuró. Luego, dijo: “Anda a decirle a Ña Juanita que vaya con la foto de CFV (ministro de Economía que ganó el Premio The Banker y el grado de inversión) a comprar al súper”. El investment grade no sirve para nada si no llega a la gente, ese fue el mensaje.
A renglón seguido, el senador revoltoso prometió rebelarse al Presupuesto General de la Nación 2025 del presidente, anunciando una ley motosierra para recortar gastos superfluos y llevar ese dinero al Ineram. Esta propuesta la hizo con una foto en el quincho, acompañado del médico del ex presidente, el Dr. Barrios, y del ex senador Godoy, para que no queden dudas de dónde vendría la orden. En la secuencia, Leite denuncia en los diarios que el presidente SP debía explicar “de dónde sacó la plata para su mansión de San Bernardino”. Por último, dijo que los pupitres comprados de China debían haber sido de la industria paraguaya.
Gobierno para quiénes
Este gobierno solo les habla a los poderosos. No le habla a la gente. Ni siquiera sabe conversar con el quincho. Parecería que hasta el jefe está desilusionado. Las sanciones extranjeras no se levantaron y las denuncias de corrupción se suceden a diario. Peña no le garantiza continuidad política ni blindaje alguno al poder real, tal como se suponía. El gobierno conversa todavía con las organizaciones internacionales como el FMI, Banco Mundial, BID, etc. con su trifecta tambaleante del equilibrio monetario, cambiario y fiscal. Veremos hasta cuándo. Ahora ni la OEA ya le confía.
Pero lo más relevante es que este gobierno solo les sirve a tres grupos de personas: Políticos oficialistas (que se están enriqueciendo), al mercado financiero con puerta giratoria y al sector agropecuario (le refinancian las deudas por sequía, entre otras cosas). Además, puestos claves del organigrama del Estado responden a estos grupos. Después, no le ofrece nada a los industriales, a los armadores fluviales, a los empresarios del retail y del sector de la construcción, a los desarrolladores inmobiliarios, a los empobrecidos, a los campesinos, a la clase media, a los estudiantes, a los millennials, y mucho menos a los de la generación X, a los de la generación alfa y a los de la generación zeta. Es un fraude electoral con falacia narrativa como promesa electoral por segmento demográfico y sectorial.
La industria pelea hace décadas, y hoy lo sigue haciendo, contra el contrabando y las compras públicas del extranjero. Como muestra tenemos dos botones últimos. No solo los pupitres que ahora salieron a la luz comprados por la binacional. Habría que investigar a Itaipú si es industria nacional o brasileña la adjudicación de sus llamados para la compra de muebles de los edificios de Gobierno que están en la zona del Puerto de Asunción. Ojo con esto. Me huele que la industria nacional quedó de nuevo excluida. Alrededor del 17 de diciembre del 2024 Itaipú licitó el equipamiento de las oficinas del Gobierno por 30 millones de dólares. No sabemos quién ganó esas licitaciones. El modelo fue subasta a la baja dentro de un convenio con el MOPC que tiene la binacional. Tenemos el derecho a dudar.
El presidente Peña firmó un decreto de apoyo a la metalúrgica nacional para la compra de torres de alta tensión de producción nacional. Se compraron, parece que, de la China. El decreto salió luego de la adjudicación, se entiende. Hizo decretos a favor de la industria metalúrgica y los pupitres ya saben también lo que pasó. Sigamos. Los armadores no pueden atravesar el paso del río Bermejo. Una falta total de previsión. La soja (el dólar se resiente) y las importaciones no circulan río arriba y río abajo.
La ruta del Acceso Sur, por donde transita más del 60% del PIB nacional es un desastre total. Los llamados del MOPC no son atractivos. Quedaron desiertos. Esta es la ruta en cuyos alrededores están todas las industrias de bebidas, los mayores puertos de San Antonio y Villeta, toda la logística de combustibles del país, grandes galpones de importadores, poderosas industrias nacionales, etc. El Acceso Sur es una vergüenza. Lleno de baches y ni los yuyales de los costados se cortan.
En la transmisión televisada de la caravana de la selección paraguaya rumbo al Defensores para el partido contra Chile, los baches asustaron a la prensa extranjera. Un amigo argentino me pregunta si Paraguay era un país africano. Yo no sé cómo los industriales se aguantan y no hablan alto y claro. Deberían sumarse a las marchas. Los shoppings que atraen a turistas argentinos al por mayor, contrasentido del retail, sobre las Avdas. Aviadores y Sta. Teresa tienen cloacas a cielo abierto al costado de las veredas. La inseguridad jurídica impide la construcción de edificios y desanima en parte el desarrollo inmobiliario.
Los campesinos vuelven a su marcha porque no hay soluciones de fondo. La clase media y los empobrecidos sufren subas de verduras y frutas de dos y tres dígitos. La generación X entra en su invierno actuarial y/o sin previsión social. La de los millennials no puede acceder a una vivienda, no tiene la educación necesaria como para competir en el mundo nómada de la economía digital y del conocimiento; la generación zeta sufre la falta de saldo para internet y la pésima calidad del servicio (en este caso privado) con colegios y universidades que enseñan con folletos fotocopiados; finalmente, la generación alfa sufre todas las carencias de sus predecesoras, pero no entiende aún toda la jugada. Cuando entiendan, nos van a arrasar con el streaming. Estas dos últimas son casi la mitad de los electores del 2028.
El velo de la ignorancia de Rawls cae con fuerza sobre la población paraguaya. El lugar de nacimiento y la genética familiar son arbitrariedades morales sobre las cuales nadie puede decidir. Las NBI necesidades básicas insatisfechas están echando a perder el acervo demográfico que no se está convirtiendo en bono. La heladera vacía es una realidad incontestable. Y este Gobierno no sabe qué hacer con la lapicera. ¡Saludos cordiales!