Uno de los casos más sonados tiene que ver con Monserrath Alliana, hija del ex diputado y actual vicepresidente de la República Pedro Alliana. Ella tiene un puesto en la Cámara Baja y ostenta un salario mensual de G. 18 millones.
Este monto es casi igual a lo que cobra un jubilado parlamentario con dos periodos de aporte, que son 10 años, y llega a G. 19 millones.
Además, el sueldo de la joven representa más de 6 veces al salario mínimo de un trabajador común que es de G. 2.798.309.
Así como otros parlamentarios que ubicaron a familiares, sean hijos o esposas, fueron denunciados ante la Fiscalía, en el caso de la hija del vicepresidente prácticamente quedó sin efecto.
En la misma situación estuvo el hijo del ex presidente del Congreso y actual senador Silvio Ovelar, Alejandro, quien se ganó el mote de Tratito, que a pedido de su padre, terminó renunciando.
La jubilación parlamentaria vip volvió al tapete luego de que en el Congreso, específicamente desde el Senado, hayan operando nuevamente para recuperar el 7% del aporte estatal a su caja de jubilados y pensionados.
La previa fue la aprobación de una reprogramación presupuestaria por G. 3.500 millones, que ahora está pendiente en Diputados.
Las opciones que tienen los privilegiados 125 parlamentarios es que aportando 22% los activos, y 11% los jubilados es que puedan retirar sus aportes si es que estuvieron un solo periodo, 5 años, hasta un 95%.
Los que estuvieron por dos periodos tienen derecho al 60%; y más de tres periodos, el 80%. Se deduce de la suma de la dieta y los gastos de representación, que es un poco más de G. 32 millones.
La polémica que se instala es el hecho de que los legisladores tengan una caja privilegiada, mientras que aportantes del IPS tienen otro tipo de requisitos.