05 may. 2025

La hojarasca colorada

Miguel H. López – TW: @miguelhache

Iñakã jagua la Cárter candidato (sic), me dijo en estos días un amigo campesino que andaba de trámites por Asunción. Él es colorado “desde siempre”, como se define, y estaba como enfadado y confundido con lo que pasaba en su partido en torno a la danza y sondeos de precandidaturas presidenciales para las internas del 17 de noviembre próximo.

Nos conocemos hace muchos años, de cuando las movilizaciones eran más masivas. Y siempre que viene a la capital, se hace notar para aprovechar y preguntar de todo, apelando a aquella mala fama que tenemos los periodistas de que supuestamente “sabemos todo lo que pasa”.

Escuché pacientemente su requisitoria, luego respondí puntualmente, lo más claro y menos opinado posible. Después de un breve silencio, el necesario para procesar la información sobre el delfín del presidente de la República, el ministro de Hacienda, Santiago Peña, vinieron los agudos comentarios de Baldomero. “Ijetu’u. Wasmosy hasýma va’ekue voi ojekoloka haguã. Upéva ipláta ha monda rupínte osê va’ekue. Mbatara kuri ha kóva mbatara jevy hína”. El punto que coloca es el mismo que presiona la cabeza de los operadores y la dirigencia colorados. La extracción liberal del mimado de Cartes (afiliado a la ANR hace 6 meses) lo vuelve de digestión difícil. Al parecer, por ahora, ni el bicarbonato económico está pudiendo neutralizar la acidez de las voluntades electoraleras.

“Cárter oporohovapeténte plátape ha ojapo ojaposéva. Chimíko rupi oguãhê va’ekue avei presidénciape. Ko'ãnga nda’upeichaiteveima hína. Oîma ombohovakétava ha ombohováitava ichupe. Afara ha Diputado presidente, Veláke, (Velázquez), ojehekýima ijykerehegui. Nikanor jepe oñemoî hese. Abdo ra’y avei, aunke upéva ikangy, ipituva”.

La diáspora interna de la ANR, que a la postre se arregla como sea, cuando los pingos entran en la recta final, está dejando a Cartes sin sus viejos aliados. Las pretensiones presidenciables de su vicepresidente –que ahora le confronta y quiere manotearle el liderazgo opositor interno a Marito– coloca un elemento imprevisto en los caprichos cartistas. El perfil de bajos quilates del que también adolece la dirigencia colorada, insufla el coraje a cualquiera a querer ser el ñakyrã pire de la fiesta. Nicanor observa y anuncia que espera, mientras camina hacia el Senado.

Hendy ha overáta kóva. Heta opytáta ipelécho, oîta opêva ha hesakua hûtava. Amo hapópe ñapo'êmba jevytante opavave.

Baldomero lo sabe. Es la repetición de lo mismo. De triunfar cualquiera, el mal terminará siendo para y contra todos. Un peor gobierno siempre es posible.