Con tan solo 33 alumnos, la escuelita Chiquitunga lucha por subsistir, como muchas otras instituciones educativas del área rural.
La migración de niños y jóvenes hacia la ciudad en busca de un futuro mejor hace que la cantidad de estudiantes de esta institución sea mínima. Sin embargo, docentes y directivos alegan que desde que la escuela recibió este nombre, las bendiciones son una constante.
La estructura edilicia de la institución está en muy buenas condiciones, al igual que el espíritu de esta comunidad educativa. El aroma a jazmín, un símbolo de la beata, no deja de estar presente en el patio del centro educativo.
Evelio Villalba, director de esta institución, comentó que debido a una resolución del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) que obligaba a las instituciones a adoptar un nombre, se sugirió que sea Chiquitunga.
Durante una reunión con directores, docentes y alumnos nació la posibilidad de que la escuela sea bautizada con el nombre con que se conocía a María Felicia de Jesús Sacramentado. Esto fue aprobado por el MEC.
“La beata paraguaya ejerció la docencia y era una referente para el Departamento del Guairá”, explicó.
Villalba explica que con la ayuda de la comunidad se consiguió realizar varias mejoras a la institución, aunque se mostró preocupado por la escasa cantidad de alumnos. La escuela desarrolla clases desde el preescolar hasta el sexto grado.
Una escuela bendecida
El profesor Luis Martínez, cuya esposa –Reinalda de Martínez– fue una de las propulsoras de este nombre para la escuela, comenta que desde que adoptaron a Chiquitunga como su protectora, la institución recibió muchas gracias y bendiciones.
Martínez comentó que incluso recibieron la visita de familiares de la beata y del médico Ángel Sagua, quien era considerado como el novio de María Felicia.
Martínez relató que durante su visita, Sagua rememoró sus vivencias al lado de Chiquitunga. Mencionó, entre otras cosas, que el médico tenía puesto un anillo de oro tipo “carretero”, que le fue regalado por un joven cuya madre recibió una transfusión de sangre gracias a la donación del médico y de la beata.
Frente a la institución fue inaugurada recientemente una plazoleta, también llamada Chiquitunga, en la que se instaló una pequeña gruta en memoria de la beata.
La comunidad educativa de esta escuelita no imaginó que una sencilla docente villarriqueña podría convertirse en beata y así estar a un paso de ser la primera mujer santa del Paraguay.
Chiquitunga y la docencia
En 1930, María Felicia de Jesús Sacramentado, más conocida como Chiquitunga, inició sus estudios primarios en el Colegio María Auxiliadora de Villarrica, y en 1937 empezó sus estudios secundarios en la Escuela Normal Nº 2 Manuel Gondra, de la misma ciudad. En 1942 obtuvo el título de Maestra Normal. En los años 1951 y 1952 enseñó en la Escuela Parroquial de los Padres Redentoristas.
María Felicia de Jesús Sacramentado será beatificada el sábado 23 de junio en el estadio Pablo Rojas, del Club Cerro Porteño, luego de que el papa Francisco promulgara su beatificación. Cientos de milagros son atribuidos por los fieles a la intercesión de Chiquitunga. La mujer podría convertirse próximamente en la primera santa paraguaya.