26 dic. 2024

La inclusión financiera y el número de endeudados

Sin duda, la inclusión financiera o la posibilidad de que una persona pueda acceder a los servicios de una entidad legalmente habilitada, ya sea banco, financieras o cooperativa es un importante avance en el desarrollo de la economía.

El tener una cuenta bancaria, una tarjeta de débito o crédito, acceder a un préstamo de una entidad debidamente establecida y controlada por una oficina reguladora son garantías de que la persona puede operar y realizar sus actividades con mayor seguridad y confianza.

Además, con ello disminuye significativamente la posibilidad de que los actores económicos se vean obligados a recurrir a empresas financieras clandestinas, comúnmente conocidas como “financieras mau” o los famosos prestamistas o usureros que se aprovechan de los incautos y de las personas que no tienen opción de operar en el sistema financiero formal.

Con los avances tecnológicos de los últimos años se facilitó bastante el acceso a los servicios bancarios y financieros formales. El uso de los celulares como herramienta para habilitar billeteras electrónicas o cuentas bancarias generó todo un boom en el sector financiero.

La incorporación de las nuevas tecnologías en el negocio financiero es aprovechado en su máximo potencial por las personas más jóvenes, aunque un número no menor de adultos también están haciendo un esfuerzo para aprender a utilizar las nuevas herramientas para hacer negocios, ya sean compras, pagos, transferencias o giros, entre otros.

Las estadísticas muestran claramente que una importante cantidad de personas están utilizando las transferencias bancarias para cumplir con sus obligaciones, pues no generan prácticamente costos, mientras que si uno realiza pagos via tarjetas se abona cierta comisión, que recae sobre los comercios, pero indirectamente también afecta al comprador.

Las autoridades del Banco Central del Paraguay, juntamente con las entidades financieras que están bajo su control encaran desde hace unos años una fuerte campaña para alcanzar a la mayor cantidad posible de personas y ofrecer los servicios financieros de calidad y seguridad.

Por otro lado, la facilidad que existe hoy para generar una cuenta bancaria o acceder a tarjetas de débito o crédito puede también tener su impacto en el mediano plazo. Esto es porque muchas personas, sobre todo los más jóvenes, acceden a los servicios bancarios tomando deudas, que si no son bien administrados pueden empezar a generar inconvenientes a la hora de pagar las cuotas y honrar las deudas.

Según las estadísticas del BCP, el sistema financiero tiene actualmente 1.680.000 personas con deudas, aproximadamente el 27% de la población del país. Lo que resulta llamativo es que este número de personas que acceden a créditos bancarios en el 2015 no llegaba a las 1.200.000 personas y en el 2022 aumentó a 1.385.000.

Para el 2023 se observa un salto significativo, ya que más de 300.000 personas se sumaron al número de endeudados formalmente.

Los analistas sostienen que el endeudamiento es bueno siempre y cuando sea para inversiones duraderas como comprar casa, vehículos para el trabajo, equipamiento de negocios o pequeñas empresas. Es decir, uno se endeuda, pero con el objetivo de generar más ingresos que permitirán el pago de las cuotas.

Sin embargo, cuando se toma una deuda para consumo, ya sea viajes, artículos lujosos o gastos para entretenimiento u ocio, la situación es más preocupante, porque no tienen retorno de ingresos.

Se recomienda que las cuotas de las deudas no superen el 30% de los ingresos, considerando que las personas a más de tener que pagar las cuotas tienen también gastos que debe cubrir en el mes a mes.

La inclusión financiera bien administrada trae sus beneficios para los usuarios, pero no hay que dejarse llevar por el entusiasmo de tomar préstamos en demasía.

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Luis Carlos Irala