La situación es aún más decepcionante si se considera que los rubros que más están impactando en Paraguay son los aumentos en alimentos y combustibles, siendo Paraguay un país productor de ambos rubros básicos para la canasta familiar.
Según la información oficial, la carne subió hasta 30% en 4 meses, mientras que las hortalizas alrededor del 35%. Además del incremento en alimentos, la reciente suba de los combustibles, cuyos costos aumentaron hasta G. 350 tanto del diésel y la nafta preocupa aún más a la población, ya que esto puede terminar encareciendo la logística de todos los rubros y, por ende, generar una suba generalizada. A esto se suman los cuestionados aumentos en las tarifas de los peajes, generando críticas e incluso manifestaciones ciudadanas.
Los servicios también presentaron un aumento, según el informe de inflación del Banco Central del Paraguay a diciembre, que señala un incremento de 3,4% en la comparación interanual.
El Banco Central del Paraguay informó que la inflación cerró el año 2024 con un aumento del 3,8%, levemente por encima de lo previsto por la banca matriz y lo registrado en 2023, pero por debajo de la meta de 4%. Mientras tanto, la inflación del mes de diciembre, se ubica en 0,7%, representando la cifra más elevada del segundo semestre y una de las más altas del 2024.
Como todo promedio, en un contexto de gran desigualdad del ingreso como es el caso de Paraguay, el bajo nivel de inflación no refleja la realidad de la mayoría de la población.
Según un informe del Banco Mundial, los alimentos y la energía están siendo las principales causas de la inflación. En 2021, estos dos rubros explicaron el 75% de la inflación en nuestro país. Esta misma institución señala que es preocupante el impacto negativo sobre los hogares más pobres y vulnerables que dedican un porcentaje grande de su ingreso total a adquirir alimentos y otros recursos básicos. Estos son los que más sufren los efectos de la escalada de precios. Paraguay además se ubica entre los países con un alto peso de estos rubros en la canasta familiar: 42%.
El Banco Central del Paraguay no proporciona datos de inflación por estratos socioeconómicos, pero en otros países donde sí se mide como es el caso de España, la inflación en los deciles de menores ingresos es hasta de 2 puntos más alta que la de los hogares de los deciles de mayores ingresos.
Esto se explica por la composición de la propia inflación que afecta en términos relativos a la canasta de consumen los hogares de menores ingresos y que no tienen posibilidades de reemplazar por otros y viven enteramente de sus ingresos laborales. Las familias con más recursos tienen varios instrumentos a disposición para evitar lo peor de este impacto. Es por esto que la inflación probablemente agrave también la desigualdad.
Hay que recordar que la pobreza afecta a alrededor del 20% de la población, pero cerca del 40% está muy cerca de la línea de pobreza, por lo cual con un shock climático o por la propia inflación es muy fácil que caigan por debajo. Todo ello sin considerar el deterioro en la nutrición, ya que en general, ante un aumento de precios, los hogares terminan reemplazando alimentos de buena calidad por otros de mala calidad, lo que se traduce a mediano plazo en una mayor prevalencia de enfermedades relacionadas con la alimentación.
Las recomendaciones para enfrentar el problema se encuentran en el ámbito de la protección social y de la producción de alimentos dado que una parte del problema se solucionarían con garantizar la oferta de productos provenientes de la agricultura familiar, ya que estos integran la cultura gastronómica nacional. Un buen sistema de transporte público en los principales centros urbanos y sus áreas metropolitanas ayudaría a mitigar el aumento de los costos de combustibles, sobre todo si se basa en energía eléctrica. Es decir, soluciones hay. Falta la voluntad de implementar acciones luego de más de una década de señales.