05 oct. 2024

La Jungla, símbolo del dominio de Rotela sobre la cárcel de Tacumbú

Armando Javier Rotela, tenía una red de más de 800 leales con quienes el zar del microtráfico contaba para controlar la Penitenciaría de Tacumbú, intervenida en el Operativo Veneratio.

Desde el pabellón La Jungla, Armando Javier Rotela (41) extendía su influencia con siete fieles soldados de su primer anillo. Rotela sustentaba su control en un cabecilla por pabellón: Bebé, Gordito Lindo, Kuki, Mahu, Paku, Malavisión y Arsenio Alvarenga; estos siete hombres eran sus ojos y manos en la cárcel de Tacumbú, desde donde el clan fortalecía su estructura criminal que contaba con más de 800 integrantes, la mayoría de ellos los reclusos denominados pasilleros, adictos al crac utilizados como carne de cañón que hacían infranqueable el acceso a Rotela.

Armando Rotela movilizó a 2.300 efectivos, entre policías y militares para la intervención de la cárcel de Tacumbú. El líder del clan tenía preso al sistema penitenciario, con lo que lograr su traslado fue considerado como una victoria de las fuerzas del orden. Bajo el título de “se entregó”, el operativo denominado Veneratio se consideró todo un éxito. Rotela y unos 700 reclusos fueron trasladados a distintas penitenciarías del país.

El líder caído fue remitido a la Agrupación Especializada, dejando atrás un minibúnker con perros guardianes, armas, provisiones y comodidades dignas de un capo en plena libertad, espacio que bautizó como La Jungla.

En la Jungla resistió con su ejército; cuando estos fueron superados ante la cantidad de oficiales y militares, se refugió en el área de Getsemaní, específicamente en el Pabellón Libertad, según relató el comisario Nimio Cardozo.

Rotela amenazó con acabar con la vida de una mujer embarazada, su propia pareja, que se encontraba con él, hasta que suplicó piedad. El líder fue sustraído de la prisión de Tacumbú como un trofeo. La operación dejó 12 muertos, entre ellos, un policía.

En Tacumbú, con una población de 2.914 reclusos según los últimos informes del Ministerio Público de principios del 2023, Rotela contaba con un esquema criminal de protección bien estructurado con fieles soldados que sumarían más de 800 integrantes. Rotela cumple una condena de 19 años más 8 años por medida de seguridad impuesta en juicio en el 2020. En su recorrido criminal cuenta con una fuga y recaptura.

El Operativo Veneratio es sin precedentes y requirió el apoyo de mas de mil efectivos de la Policía Nacional de todas las unidades, además, la misma cantidad de integrantes de las Fuerzas Armadas de la Nación, el apoyo de cuatro helicópteros, más de diez ambulancias, carros hidrantes, blindados, entre otros equipamientos, para enfrentar al Clan Rotela.

Según los datos de inteligencia, Armando Javier Rotela lideraba la pandilla penitenciaria desde hace varios años. Su base de operaciones era su propia celda, donde contaba con todos los lujos. Desde allí manejaba su negocio de trafico de drogas, ordenaba asesinatos a sus sicarios, además de asaltos y le hacía frente a su principal oponente, el Primer Comando Capital (PCC), facción criminal de origen brasileño que tiene mayor dominio en las cárceles de Pedro Juan Caballero y de Ciudad del Este.

La red del Clan Rotela. En el primer anillo de protección se encuentran siete internos, Milciades Javier Prieto, alias Bebé, César Ramón Ortiz alias Gordito Lindo; Arsenio Alvarenga, Juan Valentín Insfrán, alias Paku; Edgar Rivarola, alias Mahu; Sergio Ramírez, alias Mala Visión; y Carlos Duarte, alias Kuki, quienes eran líderes de sus pabellón, según informe especial de la periodista Fátima Garay para Telefuturo.

Bajo el primer anillo se encuentra el grupo de disciplina, compuesto por treinta internos, divididos en dos bandas de quince integrantes cada una, para finalmente dar paso al ejército de soldados, integrado por los pasilleros, que forman parte de la pandilla La Jungla, un brazo del Clan Rotela con aproximadamente ochocientos integrantes.

El grupo de disciplina se encargaba de hacer justicia dentro del penal y de ordenar a los integrantes de La Jungla para actuar en caso de incursión de las fuerzas públicas.

Este último grupo era el eslabón más débil de la estructura, ya que eran dependientes del crac, pero el más numeroso y extremo. Con cada motín son los que suben a los techos del penal mientras que otro grupo quema colchones y otro toma de rehenes a los guardiacárceles.

Los integrantes del primer anillo del Clan Rotela contaban con armas de fuego como fusiles potentes 7.62, escopetas, pistolas, puñales, los denominados clavos miguelitos en su versión casera, explosivos en gel, lanzas, entre otros objetos con los cuales lograron herir a los uniformados en la incursión.

En La Jungla, Rotela gozaba de privilegios como alimentos congelados, tres perros pitbull; además, compartía el espacio con su pareja.

Procesos de Rotela. El líder del Clan Rotela está procesado por posesión y tráfico de drogas, tras haber sido detenido en el 2011. En noviembre de 2012 se fugó de la Penitenciaría de Misiones, con otras ocho personas.

En noviembre de 2016 fue recapturado por agentes del Departamento de Antinarcóticos de la Policía Nacional en la ciudad de Itauguá, Departamento Central. Armando Rotela se dedicaba al microtráfico en los principales barrios de Asunción y tejió su red dentro de las penitenciarías designando distribuidores en los penales del país

El Clan Rotela mantiene una guerra con los integrantes del Primer Comando Capital (PCC) por el control absoluto de la comercialización de drogas en el interior de todas las cárceles del país. En junio del año 2019 se registró un enfrentamiento entre ambos grupos en la Penitenciaría Regional de San Pedro, en donde diez reclusos, miembros del clan, fueron asesinados por integrantes del Primer Comando de la Capital (PCC).

Paradero de los líderes

Un informe del Ministerio de Justicia detalla que al Penitenciaría Regional de Itapúa (Cereso) fueron derivados 130 internos, de los 700 que fueron trasladados del penal de Tacumbú. Además, a la Penitenciaría Regional de Coronel Oviedo fueron llevados otros 130 reclusos, mientras que al penal de Concepción fueron derivados 90 internos y a San Pedro otros 60.

Asimismo, a la cárcel de Misiones fueron trasladados 130 internos y en el penal de Emboscada, en el sector nuevo, fueron ubicados 40 convictos, mientras que en la zona antigua de dicho penal se derivó a 70 reos, mientras que a Villarrica fueron llevados 50 reclusos.

Respecto al líder del clan, Armando Javier Rotela, fue derivado al cuartel de la FOPE, de donde será llevado al penal de Viñas Cue.

Con el operativo Veneratio fueron halladas 48 mujeres dentro del penal, intervinieron 1.100 policías y 1.200 agentes de las fuerzas especiales. El objetivo fue el traslado de Rotela y otros 700 miembros de su organización criminal.

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