Por Daisy Cardozo / Fotos: Fernando Franceschelli
La esquina de las calles Capitán Cabral y Piravevé abre paso al acceso principal de uno de los barrios más antiguos de la capital: Loma San Jerónimo. Un sitio peculiar, que mantiene su nombre desde la época colonial. A primera vista, resaltan las casas de distintos colores. Descendiendo por una calle angosta, uno se adentra en el barrio y se encuentra con una nueva imagen: el lugar está bien iluminado; sin embargo, no hay cables enredados, colgando de columna en columna, atravesando los techos y cruzando calles, como se acostumbra a ver en cualquier otro barrio o ciudad del país.
Este sitio renovado tiene características de un viejo barrio parisino, con calles adoquinadas y faroles, pero a un estilo muy paraguayo: más alegre. Esto se logró mediante la ejecución del Programa de Reconversión Urbana y Metrobús, impulsado por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC).
Los trabajos —que acaban de concluirse— se iniciaron en octubre de 2016 y abarcaron la renovación del pavimento de las calles, la colocación de cañerías de desagüe pluvial, el cableado subterráneo y el mejoramiento de las veredas. “Las obras consistieron básicamente en el mejoramiento vial de todas las calles vehiculares y también de los pasillos peatonales”, detalla Cynthia Yanes, coordinadora técnica del programa.
Como la prioridad es el tránsito peatonal, primero se realizaron las obras en las arterias, cambiando el antiguo empedrado por los adoquines graníticos, que son muy resistentes y, además, no requieren mantenimiento. En el eventual caso de que se necesite realizar reparaciones de servicios que requieran excavación, los adoquines se pueden levantar y volver a colocar de la misma forma en que estaban.
En lo que respecta a las redes de servicios básicos, se reemplazaron las cañerías obsoletas. Toda la estructura troncal de agua, que llevaba funcionando más de 40 años, es completamente nueva. Se consiguió también llevar la conexión de cables bajo tierra. “Convertirlo en el primer barrio de Asunción con cableado subterráneo es nuestro mayor triunfo”, destaca Yanes.
Además de la energía eléctrica, la distribución subterránea incluyó los cables de telefonía pública y privada e internet por fibra óptica, lo cual requirió un trabajo coordinado con otras instituciones; es decir, se obtuvo aprobación previa de la Administración Nacional de Energía Eléctrica (Ande), la Essap y operadoras de telefonía nacionales, las cuales también acompañaron todo el proceso, que implicó excavar el suelo, desmontar los cables y probar el funcionamiento de las conexiones enterradas. También se trabajó con la Municipalidad de Asunción, que se encargó de lo referente al espacio público.
Nuevos bancos y basureros también relucen en el lugar, así como 50 farolas distribuidas en todo el barrio. Se retiraron algunas columnas que ya no servían y se dejaron las más altas para reforzar la iluminación. A pesar de todos los cambios, el lugar conserva aún el mismo trazado original de calles, pasillos y la escalinata.
Cabe recordar que Loma San Jerónimo es el primer barrio turístico de Asunción, declarado Patrimonio Histórico Cultural por la Municipalidad de Asunción y el Ministerio de Educación y Cultura.
Conservación
Después de un año de refacciones, el barrio turístico fue reactivado a principios de este mes. Desde entonces se ha vuelto a recibir numerosas visitas, especialmente los fines de semana.
Jorge Burgos es poblador del lugar desde hace 55 años. Vive en la casa por cuyo corredor se ingresa para subir al mirador. Él y sus vecinos, que fueron testigos de todo el proceso de mejoramiento, se encuentran entusiasmados con las obras del proyecto.
“Todos los que vienen se van muy contentos, porque los vecinos les recibimos con mucha gala, con mucha fiesta. Aquí tenemos una comisión vecinal y otra comisión de San Jerónimo. A veces nos juntamos algunos vecinos para hacer peñas —yo soy músico—, entonces la gente se acerca y los turistas también participan con nosotros”, cuenta don Jorge.
El sentido de pertenencia de los pobladores fue un ingrediente fundamental para sostener un trabajo coordinado. “Los vecinos comenzaron a decorar sus propias fachadas y murallas, como si con ello las obras aumentaran el efecto positivo. Para nosotros esa es la pauta de que hubo una buena intervención. Así también, están iniciando pequeños comercios: gastronomía, artesanía; hay mucho talento acá en el interior del barrio”, revela la coordinadora del proyecto.
De ahora en más, la tarea de todos será cuidar de las nuevas condiciones e infraestructura de la colorida Loma, para que se conserve y se mantenga en buen estado.
En la zona también estará instalada una de las dos terminales del Metrobús. Es decir, cuando este proyecto de transporte público entre en funcionamiento, los ómnibus pasarán a una cuadra del barrio, con lo que se reactivará aun más.