Aunque existen numerosas pruebas geológicas de actividad volcánica antigua en nuestro satélite, hasta ahora no se sabía con certeza cuánto tiempo había durado.
Un nuevo estudio que publica Science encabezado por la Academia China de Ciencias estudió unas 3.000 cuentas volcánicas de vidrio traídas de la Luna.
Muestras recogidas por las misiones Apolo, Luna y Chang’e-5 habían demostrado anteriormente que hubo vulcanismo basáltico generalizado desde hace unos 4.400 a 2.000 millones de años.
El nuevo estudio demuestra que el vulcanismo persistió mucho más tiempo de lo que se sospechaba anteriormente, al menos en una escala más pequeña y localizada.
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El equipo examinó las composiciones químicas, las texturas físicas y los isótopos de azufre de las cuentas para distinguir los vidrios volcánicos potenciales de los producidos por impactos de meteoritos.
Al final identificaron tres cuentas de origen volcánico y usaron la datación radioisotópica para determinar que se formaron hace 123 millones de años, lo que representa el vulcanismo lunar más joven confirmado hasta la fecha.
Las cuentas volcánicas contienen gran abundancia de potasio, fósforo y elementos de tierras raras, conocidos como elementos KREEP, que puede producir calentamiento radiactivo.
Los investigadores sugieren que el calentamiento localizado debido a los elementos KREEP podría fundir las rocas del manto lunar y provocar la erupción de pequeñas cantidades de magma en la superficie.
La presencia de un vulcanismo lunar tan joven implica que los cuerpos celestes pequeños pudieron mantener suficiente calor para sostener la vitalidad interna hasta una etapa muy tardía.
La sonda Chang’e-5 volvió a la Tierra en diciembre de 2020 con 1,73 kilogramos de regolito del cráter Oceanus Procellarum, lo que convirtió a China en el tercer país en recoger muestras del satélite terrestre tras Estados Unidos y la extinta Unión Soviética.
Entre los descubrimientos logrados gracias a esas muestras, un estudio encontró evidencias de moléculas de agua. Aunque el hallazgo de agua no es nuevo, sí era la primera vez que se encontraba en su forma molecular, H2O, en muestras físicas y en una zona donde antes se pensaba que no podía darse en esa forma.
También este año, otro equipo chino dio a conocer el descubrimiento de un nuevo mineral, la Changesita, una especie de cristal columnar transparente e incoloro, y una desconcertante combinación de minerales de sílice.
Fuente: EFE