Según su estudio, publicado este martes en la revista Nature, un asteroide de 100 kilómetros de diámetro y varios meteoroides con una masa de entre unas 30 o 60 veces la del meteorito responsable del cráter Chicxulub (México) colisionaron contra nuestro sistema Tierra-Luna justo antes del periodo Criogénico, hace entre 720 y 365 millones de años.
La probabilidad de que un asteroide de tal tamaño impacte contra la Tierra es de una cada 100 millones de años, por lo que los distintos fenómenos geológicos, como la erosión y el volcanismo, dificultan su estudio en la actualidad.
Sin embargo, estos procesos de desgaste son mucho menores en la superficie lunar, por lo que su plataforma resulta mucho más adecuada para la investigación, según los científicos.
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A partir de los datos obtenidos por el orbitador lunar Kayuga, el equipo del profesor Kentaro Terada estimó el momento de formación en la Luna de 59 cráteres con diámetros de más de 20 kilómetros y concluyó que ocho del total se constituyeron simultáneamente, entre ellos, el cráter de Copérnico.
Con la datación radiométrica del material expulsado por este cráter y los datos obtenidos por otras misiones acerca de las perlas de vidrio formadas por el impacto de los meteoritos, Terada concluyó que la lluvia tuvo lugar en la Luna hace aproximadamente unos 800 millones de años.
Los autores, que asumen que un evento similar se dio en nuestro planeta, sugieren que durante la caída de asteroides, algunos fragmentos de los cuerpos celestes cayeron en los planetas terrestres y el Sol.
Otros podrían haberse quedado en un cinturón de asteroides, mientras que los demás tuvieron una evolución orbital y pasaron a formar parte del grupo de asteroides cercanos a la Tierra.