18 oct. 2024

La macro sola es insuficiente

En su reciente informe de gestión, el presidente Santiago Peña resaltó el crecimiento del PIB del país, en torno al 5% en 2023. Este tipo de cifras son, sin duda, un reflejo positivo de las políticas macroeconómicas implementadas en Paraguay. Sin embargo, la macroeconomía, aunque necesaria, no es suficiente para el bienestar de todos los ciudadanos. Aún persisten profundas disparidades y desafíos estructurales que afectan a la vida diaria de los paraguayos.

El crecimiento económico no ha sido equitativo. Sectores como la agricultura han tenido un crecimiento notable con el paso de los años, pero otros sectores claves para el empleo no han experimentado el mismo dinamismo. Esta disparidad crea un crecimiento desigual que no se traduce en beneficios para toda la población. Además, la realidad es que casi el 25% de los paraguayos aún viven con ingresos insuficientes para subsistir, una cifra alarmante que no puede ser ignorada.

La informalidad laboral es otro gran obstáculo que enfrenta el país. Aunque se han creado empleos, la calidad de estos trabajos es frecuentemente cuestionable. Una economía robusta a nivel macro no puede ocultar el hecho de que muchos paraguayos luchan en condiciones precarias, sin acceso a derechos laborales básicos ni seguridad social. Este es un problema estructural que demanda soluciones integrales, pues el crecimiento económico debe ir de la mano con la creación de empleos de calidad que permitan vivir con dignidad y seguridad.

El sector de la salud sigue siendo una gran deuda pendiente. A pesar de que puede haber ciertas mejoras, no es menos cierto que los hospitales y centros de salud aún carecen de recursos suficientes para brindar atención adecuada. Las largas esperas, la falta de medicamentos y la infraestructura deficiente son problemas cotidianos para muchos. La salud, siendo un derecho fundamental, no puede ser relegada a un segundo plano mientras se celebran éxitos macroeconómicos.

La educación, otro pilar esencial para el desarrollo sostenible, enfrenta retos similares. Las escuelas y colegios, especialmente en áreas rurales, padecen de infraestructura inadecuada y falta de materiales didácticos. Los docentes, aunque comprometidos, muchas veces no cuentan con el apoyo necesario para desempeñar su labor con la eficacia requerida. Una educación de calidad es la base para que futuras generaciones puedan contribuir al desarrollo del país, y sin ella, cualquier crecimiento económico será insostenible a largo plazo.

El bienestar de la ciudadanía no puede medirse únicamente por las cifras del PIB. La macroeconomía es un medio, no un fin en sí mismo. El desarrollo económico debe ser inclusivo y equitativo, y las políticas deben orientarse hacia la mejora real y tangible de la calidad de vida de todos. Es fundamental que el Gobierno no solo se enfoque en mantener la estabilidad macroeconómica, sino también en implementar políticas sociales que aborden las necesidades básicas de la población.

Las mejoras en la macroeconomía son dignas de reconocimiento, pero no deben ser vistas como el punto final de nuestros esfuerzos. Debemos seguir trabajando para cerrar las brechas de desigualdad, mejorar las condiciones laborales, fortalecer los sistemas de salud y educación, y garantizar la seguridad.

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