Presionado por los compromisos asumidos a nivel internacional y nacional para llegar a una equidad de género, el Censo Agropecuario abordará este aspecto.
En su mayoría, las mujeres campesinas se dedican a la producción de rubros de autoconsumo y a la cría de animales menores, labores que deben compaginar con la limpieza del hogar, preparación de comidas y cuidado de los niños, en tanto que los hombres se dedican exclusivamente a la chacra, evidenciando así las múltiples tareas no remuneradas a cargo de la mujer. Pero esta descripción no muestra toda la realidad, ya que hay ejemplos de mujeres organizadas que empezaron a exigir cambios de conducta para distribuir las tareas domésticas y, al mismo tiempo, reclaman acceder a los ingresos que genera la finca familiar.
La Federación Nacional Campesina cuenta con experiencias de este tipo. Mediante la instalación de debates que se realizan no solo en asambleas, sino también con visitas casa por casa, promueve el derecho de la mujer de opinar y tomar decisiones sobre la planificación agrícola y crediticia, pero al mismo tiempo reconoce además el aporte de los adolescentes en las unidades familiares para llegar a una decisión final.
Algunos datos. De acuerdo con el Atlas de Género del Instituto Nacional de Estadística, las mujeres dedican semanalmente el 61,3% de su tiempo a trabajos no remunerados, 36% más que los hombres, pero la brecha es aún más amplia cuando se analizan las zonas rurales, donde las mujeres usan el 74% de horas semanales a las tareas que no son pagadas. La información corresponde al 2016 y contempla a la población de 14 años en adelante. En cuanto a la remuneración, los datos arrojan que en el área rural los hombres tienen un ingreso promedio de G. 11.273 por hora, casi G. 2.000 más que las mujeres.
El Atlas de Género también contempla un ítem sobre la toma de decisiones, pero hasta el momento figuran los escaños en el Congreso Nacional y gobiernos locales, la cantidad de mujeres en altos cargos del sector público y mujeres en cargos directivos. En este espacio podrían sumarse las decisiones que toman las mujeres en las fincas productivas.
Medidas. Con una treintena de artículos, a nivel local la Ley 5446/15 obliga al Estado paraguayo a institucionalizar la perspectiva de género en cualquier proyecto, lo que a su vez debe conducir a un mayor acceso a créditos para las mujeres, promoción de su liderazgo y capacidad técnica, entre otros derechos que siguen postergados
En el caso del censo agropecuario, se cumplirá con el artículo 13, que habla acerca de los registros de información desagregados por sexo con el objetivo de que las mujeres rurales sean reconocidas como agricultoras y contribuyentes en la actividad primaria.
Si bien en la recolección de datos del 2008 se había cumplido con ciertos parámetros básicos, esta vez hay un ítem específico acerca de quiénes toman las decisiones en las fincas, lo que apunta a visibilizar la participación de la mujer en esta tarea de manera más detallada. Para el efecto, los censistas reciben capacitación a través de una especialista en género. No está de más mencionar que actualmente está a la cabeza del censo agropecuario una mujer, quien según el entorno está comprometida con la incorporación de una mirada más integral y con enfoque de derechos.
Los resultados darán un panorama general sobre los roles de género y el control de recursos en el campo, que puede servir para el diseño de políticas públicas para la igualdad entre hombres y mujeres que participan de la producción de alimentos.