Ricardo Valenzuela leyó su carta al pueblo paraguayo antes de la finalización de la misa central en honor a Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé. En su escrito, denunció varios males que aquejan a la sociedad y cuestionó a las autoridades.
“Observamos con tristeza tantas muertes, tanta precariedad de infraestructuras en la Salud Pública, a pesar de la cantidad de nuevas unidades sanitarias habilitadas por causa de la pandemia; tantos profesionales de la salud sin suficientes elementos de trabajo y bajo salario; tanta corrupción en medio del dolor”, expresó.
El obispo de Caacupé habló sobre la necesidad de cambios profundos en el país y apuntó hacia la narcopolítica.
“Tanta impunidad en torno a la narcopolítica, que aprovecha la concentración de la opinión pública en la agenda única de la pandemia para que políticos recluidos recuperen no solamente sus libertades, sino también sus bancas en el Congreso de la República y todo tipo de privilegios, despreciando el Estado de Derecho y desafiando las Palabras del Señor”, dijo.
Ricardo Valenzuela aseguró que “la narcopolítica es lastre y pesada carga para nuestro sufrido país”.
“El papa Francisco suele exclamar: Pecadores sí, ¡corruptos no! Porque todos somos pecadores llamados a la conversión, pero el corrupto es aquel que hace del pecado, del fraude, del contrabando, de la injusticia y del uso y abuso del poder un sistema endémico como un cáncer que hace metástasis”, afirmó.
El líder religioso instó a la ciudadanía a que no permanezca estática y que no deje que el país “zozobre por unas cuantas almas sin piedad”.
El obispo de Caacupé afirmó que no se debe esperar a que termine la pandemia del Covid-19 para “diseñar un país viable y justo para todos”.
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Fin del prebendarismo y clientelismo
El obispo de la Diócesis de Caacupé también afirmó en su carta que es necesario que, finalmente, la gente termine por entender que el “prebendarismo” y el “clientelismo” son parches que prolongan la agonía de los más necesitados.
“Que se ponga punto final al regalo o venta de votos y que cada uno se haga responsable de los errores o aciertos en la elección de quienes dirigen los destinos del país. Prebendarismo, clientelismo, compra y venta de votos son la cara visible de la corrupción”, afirmó.
Valenzuela señaló a estos males como los signos de que “hemos perdido la vergüenza como sociedad y como comunidad nacional”. “Estas prácticas se han tornado tan recurrentes que la gente ya no se percata de la diferencia entre el bien y el mal y del daño que se hace a la nación”, denunció.
Por otro lado, el líder religioso afirmó que el Paraguay necesita de “líderes lúcidos, bien formados, con espíritu de servicio, mente amplia, honestos y verdaderamente patriotas”, capaces de conducir al pueblo hacia un destino de grandeza.